Cientos de tinerfeños acuden al Global Mercy atracado en el puerto de Santa Cruz para eludir las listas de espera de Sanidad

El barco Global Mercy™,  que es el buque hospital civil más grande del mundo, lleva atracado desde principios de julio en el puerto de Santa Cruz de Tenerife, donde se somete a diversas intervenciones de reparación, mantenimiento y avituallamiento antes de zarpar de nuevo para continuar con su actividad humanitaria. Conocedores de esta situación, cientos de tinerfeños hacen cola a diario con la excusa de visitar el barco, y una vez allí, insisten hasta que alguno de los médicos a bordo les examina de diferentes dolencias, para cuyo diagnóstico y tratamiento en el Servicio Canario de Salud tendrían que esperar meses. Esta triquiñuela para sortear las listas de espera tiene al personal del barco muy desconcertado.

Fuentes de la capitanía del buque explican que «el Global Mercy está pensado para dar soporte sanitario en países subdesarrollados, y de hecho venimos ahora de Sierra Leona, pero claro, se te sube la gente al barco y te empieza a contar dónde le duele, que si hace tiempo que nota un bulto aquí o allá, que si esta muela hace tiempo que me está dando la lata… y claro, uno es médico, tiene un juramento, y no puede faltar a él». A resultas de esta estricta profesionalidad, los sanitarios del buque llevan tres semanas pasando consulta a la población local, e incluso han operado de urgencia una fístula anal, «que iba camino de convertirse en el Cañón del Colorado», añaden estas mismas fuentes.

Conchi Rebollo, usuaria improvisada del Global Mercy, explica que acudió al barco porque presentaba desde hacía semanas un cuadro de exceso de gases, distensión abdominal y náuseas, «y me daban cita con el Digestivo para marzo del año que viene, pero aquí en el barco me miraron en un momento y me dijeron que era diverticulitis y hasta me hicieron una receta, que ahora iré al médico de cabecera a que me ponga las medicinas en la electrónica». Rebollo destaca la profesionalidad con que la atendieron «y lo bonito y grande que es el barco, la verdad».

De continuar esta escalada creciente de pacientes inesperados, el Global Mercy podría plantearse evitar hacer escala en el futuro y quedarse fondeado en la bahía de Santa Cruz, lo cual ya ha animado a la cofradía de pescadores de San Andrés a organizar un servicio de taxis-falúa para acercar a los pacientes.

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