El 31 de enero cerraba sus puertas la edición de 2024 de uno de los salones gastronómicos más importantes de nuestro país, Madrid Fusión, donde la cocina canaria tuvo una presencia destacada que dejó momentos inolvidables; repasamos algunos en esta noticia.
El espumador gomero
Arquímedes González, que regenta desde hace treinta años el café-bar Las Chácaras en el centro de San Sebastián de La Gomera y que desde hace dos se define como ‘barista’, presentó un moderno espumador para barraquitos que, combinado con un diestro uso de la canela, dibuja el rostro de Casimiro Curbelo en cualquier cortado.
La mala experiencia de Casa Tomás
El célebre local especializado en costillas de la isla de Tenerife estrenaba presencia con un stand propio que fue mal acogido por la crítica gastronómica, escandalizada al ver la propuesta de costillas con papas que presentaba el cocinero; genuinamente ofendidos por un plato «al que no se le veía el fondo de tan lleno de comida que estaba», invitaron a todo el staff desplazado en representación a marcharse de Ifema y no volver.
La rapadura más densa de la Historia
Un ejemplo de colaboración entre Ciencia y Gastronomía fue el stand de Dulces Mari Nieves, quienes, tras tres años de intenso trabajo con el Instituto de Astrofísica de Canarias, presentaron la rapadura más densa de la Historia, inspirada en el agujero negro Holmberg 15A. Este delicioso dulce es capaz de ‘tragarse’ cualquier objeto o partícula que orbite a su alrededor, y de hecho absorbió una parte de pabellón antes de ser devuelto a su envase de plomo.
Cocina conceptual
El Mesón Alícuota del reputado Juan Carlos Marvesí, propuesta de reciente apertura en Corralejo, atrajo todas las miradas con una deconstrucción fina de carne fiesta con leve espuma de mojo y guarnición de recuerdos de papas pasadas, un plato tan excelso que, al no estar aún ningún paladar preparado para disfrutarlo, estaba en realidad vacío. Pura cocina de vanguardia que deleitó a los más toletes.
El puesto del paponazo
La street food patria también tuvo hueco en Madrid Fusión, representada por un puesto de paponazos (o «big hard potatoes», como tuvieron que rebautizarse para poder acceder), que complementó su vistosa oferta de papas rellenas con condumios variados, con una exitosa degustación de hallacas experimentales.
