El clásico bienmesabe canario ha sido el centro histórico de un engaño, si atendemos a los datos de la Encuesta Gastronómica 2022 realizada por la consultora de referencia de este medio, Es Otro Cantar Media. 7 de cada 10 canarios reconocen que el bienmesabe no les sabe bien, e incluso 2 de cada 10 añaden un “quítame eso de delante que me empalago sólo con verlo” a su respuesta.
El bienmesabe no es un postre exclusivo de las Islas, ya que, gracias a su origen morisco, se extendió por el sur de la Península y diversos países de Latinoamérica. En Canarias, la receta se compone de huevos, almendras, miel palmera y limón rallado, en cantidades variables pero siempre con una proporción de 10 a 1 de las almendras y la miel con respecto al resto de ingredientes.
Para muchos canarios, su textura espesa, viscosa y granulosa es un obstáculo pero no mayor que su alto contenido en azúcares; la encuesta ha arrojado el sorprendente dato de que los canarios tienden a fingir gusto por este postre cuando lo toman en compañía de palmeros, “para no ofender su sensibilidad”.
Cabe señalar que, según consta en los archivos municipales del municipio de Santa Cruz de La Palma, está documentada la existencia, en el siglo XVIII, de una persona que se lo comía a cucharadas, hecho tan excepcional que motivó la reunión del Consistorio y un comité de sabios para su análisis y posterior remisión al Tribunal de la Inquisición, hecho que finalmente no llegó a producirse.
Por último, el estudio ha concluido que para 9 de cada 10 canarios, el bienmesabe “entra mejor con el chorrito de ron” y abogan por popularizar esta variante de la receta.
