Abre el primer guachinche macrobiótico de las islas

El hermoso entorno del acceso a Casa Kikuchi

En tiempos de crisis no dejan de florecer negocios que ofrecen productos y servicios hasta ahora no disponibles aunque sin duda existiera una demanda de los mismos, acaso oculta. Tal es el caso de Casa Kikuchi, un local de restauración que une la tradición del guachinche tinerfeño con los preceptos de la alimentación macrobiótica.

El local se encuentra en un paraje de incomparable belleza natural del municipio de Santa Ursula, más concretamente en el barrio de La Corujera. Llegar hasta allí no tiene ninguna pérdida: tras pasar la parroquia del lugar se toma la primera bocacalle a la izquierda, se gira a la derecha en el tercer cruce, de nuevo a la izquierda poco antes de llegar a un castaño y a la derecha por una pista de cemento. Se alcanzará así una vivienda donde un anciano que pasa el tiempo apaciblemente sentado junto a la entrada de la misma nos señalará con amabilidad y profusión de detalles el resto del camino. En todo caso, una vez llegados al lugar no hay confusión posible ya que se trata de la tercera casa sin pintar ni encalar tras el último cruce. Se puede aparcar cómodamente junto al margen del barranco situado frente al guachinche si no consigue plaza en el cómodo parking para clientes.

En un bajo anteriormente usado como garaje y perfectamente orientado con la luz solar se ha dispuesto el comedor. Tranquiliza saber que la pátina de grasa que cubre los manteles de plástico es de origen 100% vegetal y no contiene aditivos. En no más de 40 minutos Kikuchi o alguno de los miembros de su familia vendrá a recitarnos los platos disponibles, todos cocinados con productos de su huerta y su granja y en los que el equilibrio perfecto entre el ying y el yang garantizará una estupenda digestión y sobre todo la armonía y el rejuvenecimiento tanto corporal como espiritual que persigue la macrobiótica. Siempre que esté disponible no es mala idea empezar con un plato de garbanzas al tofu. Sin embargo la receta estrella que está poniendo a Casa Kikuchi en boca de todos es la carne fiesta en salsa de miso y jengibre. Las comidas se acompañan con un buen té mu de la casa, que no obstante debe prepararse siguiendo proporciones adaptadas a cada consumidor, en función de su grado de ying o de yang. Finalmente, a la hora de los postres se puede optar por el sorbete de umeboshi al gofio, la mousse de plátano con kuzu o un amplio surtido de postres Doña Laura. Si llegados a este punto la modorra empieza a dejarse notar tal vez no sea mala idea pedir un té bancha leche y leche.

Como en cualquier otro guachinche, la cuenta que nos traerá Kikuchi hecha de cabeza en un cartón de envases de tofu también nos dejará satisfechos. Precios con los que el ying y el yang no pueden dejar de encajar. Les aconsejamos que vayan cuanto antes, antes de que se corra demasiado la voz, el té mu lo traigan a granel de fuera y empiecen a pegar clavadas.

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