Las presiones de los colectivos animalistas de Telde lograron, hace unos días, que el Ayuntamiento eliminara del escenario de las fiestas patronales con motivo de San Juan un gato negro de corchopan que, a juicio de los defensores de los animales, perpetuaba el estigma hacia los felinos de este color. Alcanzado este objetivo, los animalistas se plantean ir más allá y han denunciado en los juzgados al físico austríaco Edwin Schrödinger, por el experimento llevado a cabo en 1935 sobre la supervivencia de un gato en una caja en la que también había una botella de gas venenoso y un dispositivo con una sola partícula radiactiva.
Amanda Flores, portavoz de la Federación de Animalistas Teldenses, ha asegurado que «Schrödinger no tuvo ningún reparo en poner en riesgo la vida de un gato para poder demostrar las interpretaciones contraintuitivas de la mecánica cuántica, que ni sabemos lo que es eso pero no puede hacerse a costa de un animal». A pesar de que el experimento fue meramente teórico y Schrödinger nunca llegó a encerrar a un gato dentro de una caja, Flores entiende que «lo que importa es el concepto, la Ciencia no puede pretender que transijamos con que se teorice sobre la vida de un gato y las partículas atómicas; hasta ahora nadie ha tenido valor para llevar a Schrödinger frente a la justicia, pero a nosotros no nos tiembla la mano». Informada por nuestro corresponsal de que Schrödinger falleció en 1967, la portavoz aseguró, tras unos segundos de reflexión, que «eso no nos va a frenar porque no es excusa para que responda de sus actos».
En relación a las fiestas de San Juan en Telde, Amanda Flores situó la retirada del gato negro de corchopan como un auténtico triunfo para su colectivo, ya que «la asociación entre los gatos negros y las supersticiones pone en peligro a los felinos»; no obstante, según indicó, «después de esto nuestra federación no se plantea más acciones al respecto, aunque la verdad es que podríamos, no sé, alguna campaña de información o alguna acción positiva para acabar con las supersticiones y los miedos infundados que se nutren de la ignorancia de la gente, pero vamos, de momento con lo del decorado ya nos damos por satisfechos», remata.
