«Antonio y Berta buscan el relax en un entorno encantador que les mantiene alejados del ruido y la presión mediática pero que al mismo tiempo les evoca su entorno tacorontero, y es que cuando las cosas van mal, a este jovial matrimonio de septuagenarios les gusta olvidarse el mundo en su sencillo castillo de los Alpes suizos». Así comienza el reportaje que la revista ¡Hola!, considerada la biblia de la crónica rosa más elegante, dedica a la recién conocida vivienda que poseen en Suiza Antonio Méndez y Berta Ferreira, el matrimonio de Tacoronte desalojado de su vivienda en el 102 de la calle Ismael Domínguez hace unas semanas, y del que hace poco se ha sabido que contaban con un segundo hogar en el inmueble contiguo, dato que ignoraban el Ayuntamiento, la plataforma vecinal de apoyo y la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), que se implicaron activamente para evitar el desalojo.
Esta portada de ¡Hola! ha levantado nuevas ampollas entre los colectivos anteriormente citados; Inma Évora, portavoz de la PAH, ha señalado que «del castillo no sabíamos nada, pero llevamos hasta allá nuestra lucha porque nos tememos que el malvado Urbano [el vecino denunciante cuyo litigio desembocó en el desalojo] vuelva a demandarles por una cuestión de lindes, y además enviaremos a una delegación a Suiza para comprobar que ese castillo cumpla con las condiciones mínimas de habitabilidad, y si no es así que se prepare el Ayuntamiento de Tacoronte porque exigiremos que les dé una solución». Por su parte, Cristian González, presidente de la Plataforma de Apoyo ‘Yo también soy el 102’ ha señalado que «no sé realmente qué hemos estado haciendo estos meses porque ni sabíamos que tuvieran otra vivienda ni sabíamos lo del castillo suizo, pero puedo adelantar ya en primicia que hemos cambiado el nombre de la Plataforma por ‘Yo también soy el 102, el 100, unos terrenitos y un castillo en Suiza’, para que refleje la realidad de nuestro sentir y nuestra incansable batalla por los más desfavorecidos».
En el reportaje de 16 páginas que les dedica ¡Hola!, Antonio y Berta desgranan cómo fueron construyendo poco a poco este castillo en Suiza «con un terreno que heredamos de un señor que tenía muchos ratones y al que le hicimos el favor de eliminárselos accidentalmente uno por uno; los fines de semana veníamos con algunos bloques y así fuimos levantando en nuestro pedacito». Antonio reconoce que el castillo «fue levantado con una licencia de cuarto de aperos, y el gobierno suizo me impuso una multa cuando terminé de alicatar el quinto cuarto de baño; actualmente la tenemos recurrida en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos porque no hay derecho a eso, que cuando me obligaron a enfoscar todos los muros lo hice y me callé pero no puedo consentir que abusen de uno».
Berta, por su parte, señala que «en nuestro castillito suizo no faltan los aperos tradicionales canarios colgados de la pared ni un cuadro de cerámica de la Virgen de Candelaria, que es muy milagrosa, y la colección de medallitas de las Patronas que dio una vez el Diario de Avisos, que por cierto nos faltan dos, a ver si nos las pueden mandar ; esas cosas son las que nos hacen sentir como en nuestra tierra y aunque echamos de menos el gofio y el vinito, confiamos en que nos lo envíen pronto». ¡Hola! incluso recoge declaraciones de la Princesa de Asturias y la infanta Sofía, que se muestran asombradas ante el hecho de que el castillo de Antono y Berta sea «más guay» que el suyo.
Mientras Antonio y Berta pasan unos días en Centroeuropa, un equipo de LaSexta graba una edición especial del programa «¿Quién vive ahí (también)?», y el Círculo Animalista de Podemos ha exigido conocer en qué circunstancias, aún no aclaradas, falleció el ratón de Leovigildo, anterior propietario del número 100.
Yo había escuchado que Bart Simpson les dejó en herencia la mansión donde hizo su fiesta lunar, un día que se encontró un billetazo de nosecuántos dólares y se compró ese chozo.