(El Baifo Ilustrado ofrece hoy a sus lectores un nuevo reportaje sobre comercios y empresas canarias, para fomentar el consumo de productos y servicios de la tierra)
Wilson Yeray Flores regenta desde hace 5 años la arepera «El Chamo Errante», situada en el popular barrio de El Cardonal, en Tenerife. Su nombre refleja, igual que su comida, la fusión entre la Venezuela de sus antepasados y la Canarias en la que ha nacido y crecido.
Flores nos explica que «mis padres se establecieron en Tenerife en 1983, huyendo de la crisis económica tan terrible que se desató con la devaluación del bolívar; abrieron una modesta arepera en el barrio y con eso fueron prosperando». Sin embargo, la nostalgia por su Caracas natal no desaparecía, y por eso «en cuanto Lusinchi llegó al poder, arrendaron la arepera, hicieron de nuevo las maletas y en 1986 regresaron ilusionados a Venezuela». Pero ese retorno fue breve, ya que apenas un año más tarde volvieron a Canarias al ver que la situación económica de su país no remontaba.
«Pero en eso que llegó al poder Carlos Andrés Pérez, al que mi papá le tenía mucho respeto, así que de nuevo empacaron y volvieron a Caracas; después del Caracazo vieron no más que la cosa no iba a mejor y se regresaron a las Islas», nos cuenta Wilson Yeray, quien explica que la arepera en Tenerife seguía funcionando a pleno rendimiento, lo que permitía a la familia mantenerse a flote.
Él nació en Tenerife en 1990, y con apenas cuatro año se mudó a Venezuela, ya que sus padres veían con optimismo el segundo gobierno de Rafael Caldera, del que salieron desencantados en 1995. Idéntica operación se repitió con la toma del poder por parte de Hugo Chávez, que volvió a traducirse en un viaje de ida lleno de expectativas y otro de vuelta lleno de desesperanza. «Ya cuando Chávez murió y vi a mi padre sacar la maleta, le dije ‘no, yo esta vaina no la paso más'». «Mis papás siempre fueron los mejores haciendo arepas pero leer la situación sociopolítica ya se les daba un poquitico peor», añade.
Todo este trajín entre Canarias y Venezuela ha sido el motivo del cambio de nombre de la arepera, que inicialmente era conocida como «El Chamo Morocho». Wilson Yeray Flores, que heredó el negocio tras la jubilación de sus padres, se enorgullece de ofrecer a su fiel clientela una carta permanentemente actualizada que combina la cocina venezolana con la canaria: «tenemos arepas de costillas, de papas con carne, de tollos… cualquier plato canario que usted se imagine, lo metemos en una arepa». También son particularmente apreciados los tequeños de queso de cabra majorero, las cachapas dulces de plátano y almendra y el «polvito venezolano», que es como el uruguayo «pero con guayaba en vez de dulce de leche».