En la tarde de ayer, un equipo de los grupos especiales de la policía asaltó un local situado en los bajos del edificio Siroco VI, en pleno centro de la capital tinerfeña, en el que se ofrecía la enseñanza de las matemáticas de manera ilegal.
Este golpe al Integralismo y a la Derivación, en un grupo radicado en la ciudad, es el resultado de varios meses de investigaciones dentro de la denominada operación Pitágoras, señaló el portavoz de la policía, Fernando Remifasol, mientras explicaba a los medios cómo se había desarrollado el operativo:
«La investigación se puso en marcha hace unos meses cuando agentes de la brigada de delitos informáticos recibieron la denuncia de un ciudadano que afirmaba que en el citado local se estaban realizando ecuaciones de segundo grado. Una vez comprobada la veracidad de la denuncia se inició un dispositivo de vigilancia que desembocó el día de ayer en una actuación por parte del Grupo Especial de Ciencias Aplicadas (GECA). La unidad especial hizo un primer asalto a las 03:30 am pero no se encontró a nadie dentro, así que se procedió a limpiar el estropicio para volver a repetirlo en horario lectivo. Se barrió un poco, porque el suelo tenía bastante polvo, y se volvió a colocar la puerta en su sitio.
Horas después, el mismo equipo repitió el asalto -ya conocían el sitio- y tras llamar previamente por teléfono y asegurarse de que había alguien dentro, se consiguió detener a dos profesores, uno de los cuales esgrimía una calculadora motivo por el cual tuvo que ser reducido.
El otro detenido, que se encontraba instruyendo a un grupo de jóvenes que habrían sido captados con carteles repartidos por el barrio, se hallaba facilitándoles un manual de resolución de derivadas complejas, manual que está siendo analizado en estos momentos.
Los agentes recogieron abundante documentación con la que se espera despejar una serie de incógnitas, X e Y principalmente, y no se descartan nuevas detenciones».
El despliegue policial alarmó a los vecinos del inmueble, que desconocían que en el local del edificio se estuviese desarrollando una actividad docente y que a preguntas de los reporteros de El Baifo Ilustrado se mostraban sorprendidos ante la noticia.
Francisco Gotazo, presidente de la comunidad y portavoz de los vecinos, señalaba que «era frecuente ver entrar y salir gente joven del local… pero creíamos que venían a comprar droga o algo así. Vi como la policía sacaba unas pizarras llenas de números y me llevé una gran sorpresa».
