Hoy entra en vigor un nuevo sistema para facturar la electricidad; veamos algunas de sus claves más importantes y trucos para ahorrarnos algunos euros en la factura.
¿En qué consiste el sistema?
Se trata de una reestructuración tarifaria que busca la mejora de la eficiencia energética y en ningún caso la mejora de las cuentas de las empresas eléctricas, que ya son inmejorables. Esto va a suponer una discriminación horaria en 3 periodos de energía: punta, llano y valle (con precios diferentes) y 2 periodos de potencia para potencias de menos de 15 kW, es decir, la gran mayoría de los hogares. En Canarias, para hacer el sistema más accesible al consumidor, los periodos se denominan «hora cumbre», «hora de medianías» y «hora barranco».
¿Cuándo será más barata la luz?
En las horas barranco, que serán las del fin de semana y de lunes a viernes el tramo comprendido entre las 12 de la noche y las 8 de la mañana.
¿Cómo podré ahorrar en la factura?
Trasladando el grueso de su consumo a las horas barranco, es decir, adoptando los hábitos de vida del mochuelo, simpática ave de la que tanto podemos aprender en materia de eficiencia energética. Si se convierte usted en un animal nocturno que ponga lavadoras, lavavajillas y horno entre semana, logrará ahorrar suficiente como para permitirse unas cortas vacaciones en el sur de cualquier Isla dentro de cinco años. Si dormir le resulta imprescindible, la otra opción es dejar todas esas enojosas tareas para el fin de semana, renunciando al tiempo de ocio y asueto que, dado que busca ahorrar, tampoco podría pagarse. Por ejemplo, un fin de semana completo en la cocina le permitirá dejar preparada toda la comida de los siguientes días para luego calentarla en la cocinilla de butano que sus padres o abuelos, sabiamente, aún guardan. Absténgase de usar el microondas, que eso es de ricos.
¿Tengo que planchar de madrugada?
Sería lo recomendable, a no ser que entre todos, como sociedad, hagamos un pacto para aprender a normalizar y aceptar la ropa arrugada, lo cual supondría un enorme paso adelante y nos libraría de la más absurda de las esclavitudes que el mundo moderno contempla.
¿Van a simplificar la factura? ¿Será más fácil de entender?
Oh no, de ninguna manera. La factura seguirá siendo un galimatías de cifras y palabras incomprensibles, totalmente inasibles para el humano medio. Tanto el Gobierno como las eléctricas creen que es más conveniente que el ciudadano se mantenga al margen de la lectura de la factura.
¿Servirá esta nueva tarificación para compensar el déficit tarifario?
Tampoco. El déficit tarifario es anterior a la creación incluso de la luz, estaba ahí antes del Big Bang, según ha podido corroborar el Instituto de Astrofísica de Canarias, y por tanto, es imposible de eliminar o compensar y habrá que seguir pagándolo por más beneficios obscenos que obtengan las compañías eléctricas.
¿Me rebajará la factura si me pongo placas solares?
El uso de energías renovables es un buen camino para descontarse una cantidad sustancial en la factura de la luz, siempre que uno esté dispuesto a aceptar el riesgo de que José Manuel Soria vuelva a la política, le hagan otra vez ministro del ramo, y empiece a clavar impuestos ridículos para desincentivar a la gente de a pie.
¿Seguirá habiendo apagones inesperados?
Por supuesto. La ley recoge que debe haber no menos de dos y no más de tres al año igual que recoge que las sanciones deben imponerse tras un mínimo de cinco años de «investigación» y no cobrarse realmente nunca.