A las puertas de la Catedral de Santiago, autoridades civiles, miembros de la Brigada de Patrimonio de la Policía y diversos medios de comunicación esperaban la llegada del arzobispo para dar validez al manuscrito hallado tras un registro en el garaje de un sospechoso.
Se trataba de verificar si se trataba, como todo el mundo intuía, del Codex Calixtinus ó Códice Calixtino, una pieza manuscrita original de mediados del siglo XII que recoge una especie de guía para peregrinos del Camino de Santiago y que fue sustraído de la propia Catedral compostelana a principios del año 2011.
La Brigada de Patrimonio tomó el libro, lo entregó al arzobispo y fue entonces, al abrirlo, cuando se dieron cuenta de que, tal vez en algún momento durante el tiempo que permaneció oculto, alguien había guardado entre sus hojas lo que parecía ser un número de la revista Interviú.
La sorpresa de todos fue mayúscula y se vivieron unos momentos de tensión que quedaron recogidos en las imágenes que les ofrecemos.
Siendo un libro tan delicado, se procedió a cerrarlo de nuevo y se está analizando la posibilidad de que la tinta y el papel de la revista hayan podido adherirse al manuscrito, en cuyo caso se recomendaría no tratar de desprenderlo debido al riesgo de rotura.
El portavoz del arzobispado ha comentado a nuestros reporteros que, en caso de que se desaconsejase su retirada, se tendría que exhibir al público justo por esa página, para evitar que se pegase también al resto, aunque se tomarían las medidas oportunas para ocultar, de alguna manera, los evidentes atributos físicos de la joven que, sentada en la portada, podría distraer en demasía las mentes y las almas de quienes se acercan cada día a observar esta joya de arte manuscrito que se ha conservado desde hace mas de 800 años en dicho recinto.
El códice ha quedado en manos de expertos en materia de conservación de documentos después de que no se pusiesen de acuerdo las demás partes sobre quien tenía preferencia a la hora de custodiar el libro.
