El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria empieza a nombrar a los cargos de desconfianza

Cubierta ya la relación de cargos de confianza en el Ayuntamiento capitalino, el tripartito inicia ahora el proceso de designación de los cargos de desconfianza, aquellas plazas, también de libre asignación, orientadas a infiltrar enemigos en los grupos políticos para que siembren discordias y suspicacias, y boicotear así la labor del adversario. Esta polémica figura está recogida en el anexo XVII de la Ley de Grandes Ciudades, bajo el epígrafe «troles», y por población al Ayuntamiento palmense le corresponden ocho puestos.

El alcalde Augusto Hidalgo señala que «estos puestos pueden generar polémica pero son imprescindibles para el correcto funcionamiento de cualquier Administración, en la que el sano debate político exige de la actuación de agentes desestabilizadores; por ejemplo, desde el PSOE vamos a designar a una persona que se encargará de recordarle a Pedro Quevedo que no salió diputado, eso minará su autoestima pero también le estimulará a ser mejor concejal, estoy seguro», añade con una extraña sonrisilla. Como novedad, la oposición también podrá contar con personal de desconfianza para boicotearse mutuamente.

Diversas asociaciones relacionadas con la Función Pública insisten en reclamar que estos puestos salgan a concurso público y se cubran por oposición, para que todos los ciudadanos tengan las mismas oportunidades de trabajar en la Administración saboteando la labor de cargos públicos, puestos directivos y otros funcionarios.

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