Siempre a la vanguardia de cualquier iniciativa que suene a innovación, el Cabildo de Tenerife ha presentado la pasada semana el proyecto de una guagua que, sin lugar a dudas, revolucionará el panorama de las comunicaciones terrestres en la isla picuda.
Un medio ecológico y a prueba de atascos
El proyecto llegó al gobierno insular de la mano de dos prestigiosos investigadores, los profesores García y Poopsnagle, los cuales impresionaron a los dirigentes responsables en materia de I+D por su aspecto venerable y su aspecto humilde. Ambos explicaron su intención de diseñar un vehículo colectivo de transporte urbano que funcionara por medio de un motor de su invención, alimentado por una energía no contaminante llamada “megavapor”. El diseño ha sido llevado a cabo a caballo entre España y Australia –países a cuyas nacionalidades están vinculados García y Poopsnagle respectivamente-.
La guagua en cuestión se movería impulsada por el citado megavapor, lanzando por su tubo de escape únicamente un inofensivo vapor de agua. La potencia alcanzada por el motor, medida en unos pi jorsipauers permitiría al vehículo elevarse a los cielos gracias a un sencillo zepelín y circular por los aires por medio de unas hélices situadas en la parte posterior –en vuelo “popa”- de la guagua.
Un representante del gobierno insular chicharrero ha manifestado que la corporación está profundamente entusiasmada por el proyecto, pues consideran que este vehículo es lo que la red de transporte terrestre tinerfeña necesita. “Una guagua voladora” –nos dice Yamir Mahan, dependiente de una tienda cercana al edificio del Cabildo donde políticos y funcionarios van a comprar pilas recargables y otros bienes de primera necesidad – “evitaría la necesidad de construir más carreteras y el espacio libre que queda se podría aprovechar para el tren” –concluye mientras nos enseña el último modelo de depiladora nasal-. Mientras probamos un curioso aparato de karaoke que solamente contiene canciones de murgas, el señor Mahan nos comenta que otro proyecto podría ser la instalación de un “guaguapuerto” en las Cañadas para acoger una línea de guaguas voladoras que partiría directamente desde el intercambiador.
Puestos al habla con los científicos responsables del proyecto, éstos nos han enviado sendos vídeos –en español e inglés- donde quedan claras las realidades del mismo: