El comité de los Premios Darwin sigue con atención el trabajo de los reporteros nacionales en La Palma

Los Premios Darwin reconocen, sobre todo de forma póstuma, a los miembros de la especie humana que hayan eliminado su acervo genético de la forma más espectacular, que a menudo coincide con la más estúpida. El comité que analiza a los candidatos tiene su mirada puesta estos días en La Palma, atento al trabajo de los reporteros de los medios nacionales en la cobertura de la información relacionada con la erupción del volcán en El Paso.

Según un portavoz del comité, «estamos viendo a periodistas que se acercan a lava que está a 1000º de temperatura sólo para señalarla con la mano, o que se sacuden la ceniza volcánica de la cabeza como sorprendidos, o que entorpecen dispositivos de seguridad y evacuación; si no pierden la vida o quedan heridos por el magma, lo harán porque algún palmero se va a hartar y les va a aflojar un cogotazo, como se dice en Canarias, es cuestión de tiempo, en este comité no nos cabe duda». Para los Premios Darwin, ver a Susana Griso o a Pedro Piqueras arriesgar su integridad para captar unas imágenes que realmente no aportan más información de la que ya hay es una excelente oportunidad para que el gremio de los periodistas se alce con este prestigioso galardón.

No obstante, el comité ha manifestado su decepción con los medios locales, «que no ponen a sus reporteros en esas tesituras, entendemos que esto se produce porque, al ser canarios, saben lo peligroso que es un volcán y prefieren no hacer el tolete», señaló el portavoz, haciendo gala de un portentoso dominio de los más populares canarismos.

El comité confía en que, mientras dure la crisis volcánica, algún influencer de chichinabo también exponga su salud e incluso la pierda para conseguir una buena foto para Instagram.

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