El Congreso Nacional de Hoteleros celebrado recientemente en Santa Cruz de Tenerife ha concluido con una posición unánime por parte del sector empresarial: es necesario avanzar hacia la esclavización de las plantillas para dotar a los hoteles de una mayor competitividad en un momento en el que otros destinos pujan con fuerza por hacerse con el liderazgo en pernoctaciones.
Juan Molas, presidente de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos, abogó en su intervención de clausura por «una reforma legislativa que abra la puerta la esclavitud en el sector, pero siempre dentro del respeto a los derechos de los trabajadores; no podemos obviar certezas históricas como el enorme crecimiento de Estados Unidos antes de su Guerra Civil en el siglo XIX, con un modelo económico en el Sur desprejuiciado y abierto a relaciones laborales extremas».
Además, señaló que «combinando las modernas técnicas de coaching con las tradiciones del esclavismo podemos tener trabajadores implicados y motivados, y a la vez polivalentes, donde un recepcionista con cuatro idiomas también pueda limpiar la piscina; al fin y al cabo, un hotel es un todo y todos deben involucrarse», mientras a su lado el presidente de Ashotel Jorge Marichal asentía con entusiasmo. En este sentido, algunas de las ponencias más seguidas fueron «Trabajar por comida: hacia una solución a los excedentes del buffet» y «Camareras de piso o los límites de la resistencia humana».
La nota de humor en el cierre del Congreso la puso el presidente autonómico Paulino Rivero, quien pidió a los empresarios del sector hotelero que creasen empleo a la vista de las cifras récord de visitantes que registra Canarias en los últimos años, arrancando sonoras carcajadas en el Auditorio por parte de los asistentes.
