El presidente del gobierno de México, Enrique Peña Nieto, y el presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Rafael Tovar, han trasladado al embajador español en el país azteca el ruego de que los artistas canarios depongan su actitud y entreguen los guitarrones y vihuelas, para que cesen los constantes homenajes a la música mexicana que se hacen desde las Islas. Argumentan las autoridades mexicanas que «si bien para nosotros siempre ha sido motivo de gratitud ver el cariño con el que los canarios tratan una de nuestras principales muestras culturales, pues ahora no más ya estamos resaturados de tanto homenaje».
Este inopinado desprecio a los mariachis canarios, que son legión en el Archipiélago, ha caído como un jarro de agua fría en los responsables de Cultura del Gobierno de Canarias. Una fuente de la consejería asegura que «damos gracias de que Alberto Delgado [ex-viceconsejero] ya no esté aquí, porque este disgusto podría haber acabado con él, que era muy sensible a todo el tema del mundo mariachi». Cabe recordar que según cálculos de la extinta viceconsejería, tomados de un estudio realizado en 2010, al menos un 68% de los estudiantes de los conservatorios canarios tocaba «Así se quiere en Jalisco», «Tu retratito lo traigo en mi cartera» o «Llorar llorar» en algún punto de su carrera, y de ese porcentaje, casi la mitad lograba ganar dinero interpretando rancheras. De igual forma, los importadores de ropa mexicana para conjuntos musicales preparan acciones conjuntas de protesta.
De momento, los artistas que cimentan su carrera en este género musical ya han empezado a moverse, constituyendo la Plataforma en Defensa del Mariachi Canario, cuya presidencia recaerá, a falta de que se ratifique por parte de sus integrantes, en Pepe Benavente. A partir de ahora debatirán estrategias de futuro, centradas en el siguiente dilema: ¿mantenerse fieles a México, o buscar otro país cuya música homenajear?