Bajan las aguas revueltas en el seno del Frente Popular del Pueblo Canario y la culpa la tiene ni más ni menos que el mojo palmero.
Todo comenzó cuando la junta directiva insular de la isla bonita se reunió para echar la partida semanal de bola canaria. Uno de los cuatro integrantes, Ildefonso Zunzunegui, trajo un folleto publicitario que su hermana le había enviado desde la localidad conquense de Alarcón y donde se anunciaba la venta en los principales supermercados de Cuenca de un “mojo hecho según la receta tradicional palmera”. La gravedad del asunto movió al presidente de la junta, Nosvosel Barranquilla, a contactar con sus homólogos de las otras islas, con el fin de lanzar un comunicado a los medios en el cual el Frente Popular del Pueblo Canario condenara aquel nuevo episodio de expolio por parte del godo invasor.
Aunque en un primer momento las juntas insulares de las demás islas estuvieron de acuerdo con la medida propuesta, rápidamente afloraron los conflictos. En El Hierro y Fuerteventura la junta insular está sometida a un órgano gestor nombrado por el comité central y constituido por los únicos militantes del partido en las islas. Esto generó la oposición de los representantes de La Gomera y Lanzarote, los cuales manifestaron que debían excluirse a aquellas juntas insulares nombradas “siempre a dedo por el centralismo opresor de las mal llamadas islas capitalinas que controlan bajo cuerda al comité central”. Cuando los representantes de Gran Canaria y Tenerife quisieron responder a lo que consideraban “un ataque gratuito por parte de desviacionistas periféricos”, pero no pudieron consensuar un texto conjunto porque, según Nira Tabarra, presidenta de la junta chicharrera , “los canariones son en realidad aberradores agentes del godo invasor comprados con el oro de Tindaya y el petróleo de Lanzarote, porque así lo había afirmado un prestigioso diario tinerfeño”. Esto provocó que Zonzamas Doramas, su homólogo canarión, propusiera a los palmeros un comunicado firmado únicamente por las dos juntas insulares, basándose en las buenas relaciones entre ambos territorios. José Muza, representante de la circunscripción del valle de Aridane, se mostró a favor pero Manuel Olivenza, cabeza visible del departamento de Santa Cruz de La Palma exigió que Doramas y los grancanarios condenaran el “plagio” de la fiesta de los indianos que se venía haciendo en Las Palmas. Esta condición, expresada en términos muy contundentes por Olivenza, provocó la retirada de la propuesta y el consiguiente enfado de Muza, que dijo que “con los de la suidá no hay nada que hacer”.
La división entre “gallos” y “portugueses” se hizo más acentuada cuando Muza acusó a Olivenza de defender únicamente los intereses de su región y hacer la vista gorda ante las versiones “falsificadas” de postres genuinamente llanenses como el bienmesabe o el príncipe Alberto. El aludido indicó a la vez que estaba por ver que esos dulces hubieran sido creados a ese lado de la cumbre. Las divergencias se trocaron en conflicto abierto cuando se descubrió que la versión conquense del mojo palmero había sido comercializada por la cuñada de Zunzunegui, que había descubierto las virtudes de esta rica salsa canaria durante un veraneo en el puerto de Tazacorte.
Puesto al habla con Marcos Jackson, dueño del bar donde la junta palmera tiene su sede, éste ha comentado a este reportero que los cuatro integrantes de la misma llevan una semana sin pasarse a echar la partida de dominó y sospecha de que pueden estar buscando –por separado, eso sí- un nuevo bebedero. Esto ha colocado al sufrido hostelero en una situación de ansiedad que le ha llevado a descolgar de la pared el DNI canario honorario con el que Frente Popular del Pueblo Canario le había agasajado por su último cumpleaños.