Nano, el chimpancé que coordina las obras públicas en Las Palmas de Gran Canaria, comienza hoy sus vacaciones, dejando un importante vacío en las áreas de Urbanismo y Movilidad, que intentará ser cubierto por Dinho, un simpático loro cariamarillo que está en comisión de servicios desde el área de Deportes. Nano se toma este descanso después de un año de dura labor, en la que ha destacado por el sindiós que ha organizado en la ciudad con las obras de la Metroguagua y las de los diferentes carriles bici.
Según fuentes de Urbanismo, Nano está especialmente orgulloso del caos generado en la zona de Mesa y López: «el mono es un cachondo, su método de trabajo consistía en arrojar sus heces contra un mapa de la zona y ahí era donde teníamos que cortar el tráfico y desviar a los viandantes». Cuando los compañeros de Urbanismo le preguntaban si procedía llamar a la Policía Local para regular el tránsito de vehículos, Nano se subía al tejado del Ayuntamiento y permanecía allí horas en señal de negativa. En lo que respecta a los carriles bici, mucha de cuya planificación recayó en Nano, éste se limitaba a trazar líneas aleatorias con un rotulador sobre un plano de la ciudad, siempre teniendo en cuenta criterios de sostenibilidad y disminución en la emisión de gases contaminantes.
A pesar de que las oficinas de Urbanismo se quedan tristes temporalmente sin la presencia del siempre alegre Nano, se espera que el loro Dinho realice también una labor relevante tanto en la planificación como en la supervisión de las muchas obras que afronta en estos momentos Las Palmas de Gran Canaria, y que, si todo va según lo previsto, estarán en pleno desarrollo para la campaña de Navidad, generando incomodidad y retos diarios.
