El simpático canario que posa en la campaña institucional «Soy canario», puesta en marcha por el Gobierno autonómico con motivo de la celebración del Día de Canarias este 30 de mayo, no está posando y tampoco es un canario. «Cantarín», que así se llama el ave, ha enviado un comunicado a los medios desde su jaula para revelar que no ha autorizado ni cedido su imagen al Ejecutivo para esta campaña y que tampoco es en realidad un canario sino, como él mismo se describe, «un cernícalo con ictericia y cierta destreza cantora».
Al margen de la confusión del mensaje entre la ciudadanía, ya que muchas personas se preguntan si el trasfondo de la campaña es decir «soy un pájaro (de cuidado)», lo cierto es que las confesiones de Cantarín han sentado como un jarro de agua fría en el Gobierno, que apelaba al orgullo de ser canario y que ahora se encuentra bajo sospecha al saberse que la principal imagen de la campaña no corresponde a lo que se pretendía transmitir.
Según fuentes cercanas a sus círculos más íntimos, el portavoz del Gobierno, Martín Marrero, ha recibido la noticia con notable disgusto, y se plantea reclamar daños y perjuicios a la agencia de publicidad encargada de la campaña por no haber realizado un cásting de aves, como figuraba en el pliego de condiciones, y haber escogido una imagen al azar de Google. «A ver qué orgullo y qué optimismo vamos a inyectar a la gente con un pájaro que ni es un canario ni es amarillo sino que está enfermo», ha asegurado.
Cantarín, por su parte, está convencido de poder transmitir ese mensaje, pero desde la honestidad de su verdadera condición y como símbolo de una tierra que no discrimina a quienes tienen ictericia, «pero siempre que se me pida autorización para usar mi imagen».