Sucedió ayer por la tarde en Granadilla durante la visita de Sus Majestades los Reyes a una finca de plátanos. Agazapado entre varias frondosas manillas, el teniente de alcalde de La Laguna Santiago Pérez salió al paso de la comitiva y le pidió a Felipe VI que condenara «a galeras» a Fernando Clavijo por su participación en el caso Grúas y, preventivamente, también por su implicación en el caso Reparos. Este hecho alteró el recorrido y la agenda de la tarde, pero Felipe VI tuvo la amabilidad de explicarle a Pérez que ya no se envía a nadie a remar a galeras como condena por ningún delito y que, aunque así fuera, él no tiene la potestad constitucional para ordenarlo. El Rey pareció sorprendido de que un profesor de Derecho Constitucional no pareciera estar al tanto de esta circunstancia y, entre risas y bromas, comentó a Pérez que «lo de las galeras es muy antiguo ya, hombre, un poco rancio».
A su salida de la finca acompañado por varios escoltas, Santiago Pérez atendió a los medios de comunicación asegurando que había puesto por encima de sus convicciones republicanas «la convicción de que Fernando Clavijo no puede salir de rositas de este asunto, y ya que la Justicia nos ha fallado de una forma tan estrepitosa [en relación al archivo del caso Grúas recientemente dictado por el Tribunal Supremo], no nos queda sino recurrir a la justicia del Rey, siempre preparado y magnánimo; desde Avante La Laguna consideramos que cinco o diez años propulsando con la fuerza de sus brazos y remando en las galeras de la Corona harán que Fernando Clavijo entienda la gravedad de sus actos y, de alguna forma aún por establecer, los repare para el pueblo lagunero».
Por su parte, Clavijo ha rehusado hacer declaraciones públicas sobre este suceso pero según sus más allegados ha repetido por lo bajini en diversas ocasiones «qué cruz de hombre, Dios Mío, qué calvario».