Damián Ripoche es el único hipster que vive en estos momentos en la isla de El Hierro. Desde hace un año, insiste en ser conocido como Byron Everly, «porque recoge mejor el espíritu bohemio y chic pero también moderno que me caracteriza». Reside en el municipio de Valverde y, en conversación mantenida con El Baifo Ilustrado, ha confesado sentirse «solo e incomprendido por mi aspecto forzadamente desaliñado, mi cuidada barba descuidada y mi actitud descreída». Describiendo como «un drama» el hecho de ser un joven urbano de clase media con un activismo social moderado y apolítico en Tamaduste, Everly al menos se siente confortado por el hecho de que «a mi abuela le parece que estas barbas preludian el regreso del hombre de verdad y dice que le recuerdo mucho a mi abuelo José Manuel».
Como ejemplo del aislamiento al que dice que se ve sometido, Everly relata su largo peregrinaje por todos los bares de Frontera pidiendo un frapuccino de moka con nata, sin lograr nada mejor que un barraquito con licor, que él rechazó «porque el alcohol enturbia el noble arte de la conversación e impide disfrutar de la belleza de la vida». Ante esta «intolerable carencia», Everly ha abierto una petición en change.org para que Terencio Cash Market traiga cafés latte a sus tiendas. De momento cuenta con dos firmas.
Debido a esta situación de soledad, Everly ha trabado amistad con Yeray Méndez, único indie reconocido de la Isla y orgulloso poseedor de la única copia que existe en la Isla de la discografía de Love of Lesbian. Ambos se mudarán a un piso compartido en El Pinar durante este mes de agosto, «pero sin connotaciones homosexuales, sólo seremos compañeros de piso». Desde aquí esperan hacerse compañía, respetando sus respectivas tendencias, y lograr visibilizarse ante una sociedad a la que demandan respeto y comprensión. Everly y Yeray sospechan que su casero es un yuccie (un Young Urban Creative), según deducen de su taller de gastronomía macrobiótica, pero aseguran que esto no dificultará la convivencia.
Tanto Everly como Yeray han rechazado acoger a José Ramón, el único gótico de la Isla, al que se refieren como «el rarito».
