Ganó las elecciones municipales sin pronunciar una sola palabra. «Con su bocina dijo lo que todos pensábamos y nadie se atrevía a decir», declaró una vecina.
Cuando Santiago Miguel Díaz León, el popular Harpo del Carnaval de Tenerife se presentó a la pasadas elecciones locales no las tenías todas consigo: ¿una campaña electoral en completo silencio? Nada de encendidas proclamas, nada de promesas que luego no pueden cumplirse, Harpo decidió que la suya sería, llevada al extremo, la imagen del moderno candidato político. ¿Qué piensa hacer con el problema del paro? Martillazo de gomaespuma. ¿Subirá los impuestos municipales? Bocinazo.
Por eso cuando tras el primer recuento de votos el candidato del PGC (Partido de la Gente del Carnaval) obtuvo mayoría absoluta en el municipio de El Tanque nadie salía de su asombro. «No es tan extraño», declaró Miguel/Harpo siempre caracterizado como su famoso personaje, «a Rajoy le funcionó, él no admitía preguntas y yo ni siquiera doy lugar a que me las hagan, ¡moooc! (bocinazo)».
Por su parte, los vecinos se encuentran encantados con su nuevo y silencioso alcalde. «Hay mucha verdad tras ese martillo de gomaespuma», profundiza una de sus votantes, «no nos importa qué va a hacer o dejar de hacer, con su bocina expresó lo que todos pensábamos y nadie se atrevía a decir». Se baraja que el nuevo equipo de gobierno contará con alguno de sus viejos compañeros de viaje en las noches carnavaleras, así, suena insistentemente el nombre de la simpática «Lecherita» para Hacienda y Recursos Humanos y el de «Cantinflas» para el área de Seguridad Ciudadana.