Solo y desorientado pero en buen estado de salud. Así fue hallado en la Vega de San Mateo, en Gran Canaria, en medio de un festival folklórico, un sabandeño que había escapado de la manada y que llevaba varias semanas en paradero desconocido a pesar de los intentos de los cazadores de la Dirección General de Cultura por dar con él y capturarlo. Se desconoce cómo pudo llegar a la isla vecina desde Tenerife, ya que la última vez que fue visto estaba en La Esperanza con el resto del grupo.
La directora general de Promoción Cultural, Aurora Moreno, se muestra satisfecha por haber recuperado este ejemplar sabandeño «al que estuvimos a punto de dar por perdido, con todo lo que eso supone, habida cuenta del fracaso de nuestro programa de reproducción de sabandeños en cautividad». Este programa se puso en marcha en 1995 y hasta la fecha ha dado tres discos de boleros pero ninguna cría.
Durante estas dos semanas, el resto de la manada ha actuado con total normalidad, como ignorando la desaparición de uno de sus miembros, lo que en palabras de Leopoldo Martín, antropólogo experto en comportamientos grupales, «revela una conducta basada en el presentismo y en el dominio del sujeto individual frente a la comunidad». Esta teoría viene reforzada por el estudio del que ya se informó en El Baifo Ilustrado, según el cual dos de cada tres sabandeños no se conocen entre sí.
Desde la Consejería de Cultura se han reforzado los controles sobre la manada de sabandeños para mantenerlos localizados en todo momento, incorporando pulseras electrónicas y dispositivos de seguimiento con GPS. No se prevé llevar a cabo acciones similares con los gofiones salvajes bajo responsabilidad de la Consejería, ya que éstos son poco dados a abandonar su entorno.