Uno de los emblemas de la ciudad podría ver modificada su singular silueta si se aprueba la propuesta del Cabildo de eliminar la sobrecubierta del Auditorio de Tenerife. Los altos costes de mantenimiento del edificio hacen que se esté estudiando la posibilidad de, como anunciaba la copla, «partirle el pico» y no precisamente con una azada. La operación, que se llevaría a cabo mediante una grúa especializada, tendría una duración de seis meses y supondría un ahorro de hasta 60.000 euros al año. «Un ahorro que nos permitiría reinvertir en otras obras absurdas que tenemos en proyecto y que por ahora mantenemos en secreto», indicó el presidente del Cabildo, Ricardo Melchior.
- Aspecto con el que podría quedar el edificio tras el recorte
Con esta medida el auditorio de Tenerife se sumaría a la última tendencia entre alcaldes de toda España y que consiste en modificar la volumetría de edificios emblemáticos que la moda de los arquitectos estrella dejó regados por la geografía del país. Julio Villegas, autor del libro «Amputated Calatrava’s Buildings», explica cual es el criterio a seguir: «Son todos esos volados y formas extravagantes lo que encarece la conservación del edificio, al eliminarlos conseguimos que su mantenimiento siga siendo sostenible».
Aunque en el caso de el Auditorio de Tenerife el ‘recorte’ del ala superior reduciría su estructura a tan solo la Sala Sinfónica, la Sala de Cámara y el Hall, Villegas asegura que «es solo una cuestión cosmética» y que «en la mayoría de los casos la gente ni lo nota».
Por su parte Santiago Calatrava aseguró sentirse indignado por lo que considera una intromisión en su universo artístico.»El único que puede modificar mis creaciones soy yo», declaró al Baifo Ilustrado visiblemente enfadado, «y lo hago continuamente, incluso antes de acabarlos, pero yo soy un artista».
