La hartanga tenía las dimensiones de este contenedor de "El Saco Útil"

Familia sepultada bajo el peso de una hartanga

La asociación “Silo cuento” de aficionados silenses a la redacción y contaje de cuentos decidió adherirse a los eventos del famoso Festival Internacional sorteando una hartanga digna de aparecer en cualquier libro de marcas mundiales, en combinación con el sorteo del cupón de MUDIECU (la asociación nacional de mudos españoles) del pasado día 30 de noviembre.

La hartanga tenía las dimensiones de este contenedor de "El Saco Útil"
Estimación de las dimensiones de la hartanga antes del derrumbe

 

La entrega iba a realizarse el pasado día 5, con motivo de la víspera del puente de la Constitución / Inmaculada Concepción y Macario Trulenque (conocido por sus propios y allegados por “Chalano”) ganador del sorteo se desplazó con su familia a la nave industrial donde se encontraba la hartanga, integrada por unos quinientos quilos de productos de toda índole entre los que estaban las tradicionales cincuenta barras de turrón del duro “La Coruja”, los veinte quilos de polvorones “La Estopa” o el saco de diez quilos de bicarbonato.

Desenlace inesperado

Todo parecía desarrollarse a la perfección cuando las quince gallinas que formaban parte de la hartanga, asustadas por los flashes de las cámaras (que inmortalizaban el momento en el que Farahilda Carmona, presidenta de “Silo cuento” y un representante del Ayuntamiento de Los Silos hacían entrega –simbólica- del premio a Chalano) se lanzaron sobre el cochino que, ataviado con un lazo con los colores de la bandera del municipio, daba una nota de color al conjunto. Éste a su vez embistió a las cinco cabras vivas que se dispersaron por el recinto sembrando el pánico entre la asistencia. Una de ellas persiguió a Wilson Tabárez, joven diácono que representaba a la parroquia, el cual intentó escapar escalando por la hartanga usando las latas de melocotones y berberechos como peldaños. Al intentar asirse al saco de ocho quilos de judías pintas la estructura se derrumbó, sepultando a la estupefacta familia Trulenque, que no salía de su asombro.

Relativamente intactos

Después de ser rescatados por personal de las unidades de Ingenieros y de Espeleología del ejército, Macario y su familia fueron examinados por personal médico desplazado a las inmediaciones. Magullados pero sin mayores complicaciones, los Trulenque manifestaron amablemente a la señora Carmona lo que podían hacer con la hartanga y expresaron el hondo deseo de que el Gobierno de Canarias prohibiera su sorteo y forzara su sustitución por la más manejable –pero un tanto goda- cesta navideña.

La asociación “Silo cuento” ha declinado hacer cualquier declaración aunque ha solicitado la cooperación ciudadana para averiguar el paradero de tres cabras, ocho gallinas y quince latas de carne picada que no se han podido encontrar.

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