El candidato del PSOE al Congreso de los Diputados, Francisco Hernández Spínola, afronta con incertidumbre la próxima campaña electoral, ya que, según admite, derrochó tanto carisma en la cita de diciembre que ahora «voy justo de reservas y es posible que en los repartos de rosas se me vea como desganado». El veterano político asegura con tristeza que «nuestro objetivo en diciembre era sacar una mayoría para gobernar España y traer el cambio a este país, y por eso me empleé a fondo; nadie contaba con esta especie de segunda vuelta, y en estos cinco meses no he podido reponer todo el caudal de carisma que utilicé en las anteriores elecciones».
Hernández Spínola afirma que «tras la campaña de diciembre me sentía exhausto; por suerte, mi trabajo como diputado no requería que hiciera uso de mi charm personal y pude estar, por así decirlo, de baja de carisma durante unos meses». Si bien ahora se siente «enormemente ilusionado con el reto de volver a concurrir a unas elecciones», el político socialista cree que «estoy ya en la reserva de carisma y puede que no esté en condiciones de desplegar todo mi encanto durante la campaña, ni en los medios, ni en los mitines, ni siquiera en las fotos de los carteles, espero que usen otra vez las de diciembre».
No todos los políticos sufren de este agotamiento carismático; consultados otros candidatos por El Baifo Ilustrado, el popular Antonio Alarcó, médico, cirujano, tertuliano, concejal en La Laguna, y cabeza de lista al Senado, asegura que «cuantos más retos me pone la vida, más siento que se incrementa mi carisma y mi capacidad de convencer a los ciudadanos, ya sea por agotamiento, para que voten al PP; el cansancio no tiene lugar en un servidor público».