Tras la desestimación de los recursos interpuestos por el Ayuntamiento ante la Audiencia Provincial de Las Palmas, con el objetivo de evitar el derribo del inmueble que alberga la Biblioteca Pública de la capital grancanaria, al Consistorio aún le queda la baza legal de recurrir ante el Tribunal Supremo. En tanto se eleva al alto tribunal esta cuestión, el alcalde Juan José Cardona (PP) ha optado por una salida imaginativa que refuerce los argumentos del Ayuntamiento ante los jueces. Con este fin, se están desalojando todos los libros y publicaciones de la biblioteca y están siendo trasladados a un garaje, cedido al Ayuntamiento por el cuñado de Cardona, en la zona de Tenoya.
Los Servicios Jurídicos del Ayuntamiento han recibido orden del alcalde de preparar un recurso ante el Supremo con el siguiente tenor literal: «ah, se siente, ya no hay libros, y si no hay libros, no es una biblioteca, así que no me puedes decir que derribe la biblioteca, ah, ah, se siente». Esto, que en Derecho se conoce como «doctrina el Luisma», tiene pocos visos de éxito, aunque el alcalde confía plenamente en esta maniobra. «No contaban con mi astucia», llegó a manifestar en una reunión de la Junta de Gobierno.
Cardona aclara que «gracias a un convenio de colaboración firmado con mi cuñado, los ciudadanos pueden seguir consultando los fondos bibliográficos en el garaje de su finca, siempre y cuando no le pisen el huerto, que lo tiene precioso; en caso de producirse algún desperfecto, el usuario será multado, los ciudadanos tienen que saber que vamos en serio». Interrogado sobre las limitaciones de espacio, el alcalde defiende que «es un salón bien amplio y cómodo, con sillas de tijera suficientes como para satisfacer las necesidades de los usuarios que se acerquen hasta Tenoya».
Asimismo, según ha podido saber El Baifo Ilustrado, el Ayuntamiento de Las Palmas prepara modificaciones en el reglamento de uso de la biblioteca para retirar el carnet de socio a los vecinos del edificio San Telmo que iniciaron la denuncia, una medida que el propio alcalde reconoce que está «llena de rencor y maldad, como su mismita denuncia».