La Asociación Canaria en Defensa del Puchero y el Escaldón (ACDPE) ha emitido un duro comunicado pidiendo al candidato socialista a la presidencia del Gobierno, Ángel Víctor Torres, que no politice este típico plato canario, al hilo del spot de campaña en el que Torres, en una cocina de aire rústico, elabora esta joya de nuestra gastronomía mientras hace sus divagaciones electorales y de gestión, dirigidas a persuadir al votante a través del estómago. La presidenta de la ACDPE, Domitila Medina, señala que «el puchero barra escaldón es un plato de todos los canarios, que no conoce de siglas, sólo de hambre y producto de la tierra, y pedimos que siga como patrimonio de todo el Archipiélago, al margen de la pelea política».
Antonio Nuño, experto en marketing electoral, alaba la astucia del spot socialista: «apela a las emociones a través de la barriga, en un entorno ruralizado en el que el espectador casi puede sentir el frío y anticipar cómo va a entrar en calor con ese plato de verduras y gofio; al mismo tiempo, al presentarle cocinando, nos muestra a Ángel Víctor como un candidato inclusivo y corresponsable». También pone de relieve que «la contundencia del plato en sí puede leerse en clave de metáfora de su contundencia como gestor, puede leerse así pero no tiene por qué leerse así tampoco». Nuño echa en falta un teaser previo en el que se viera al candidato comprando los ingredientes en un mercado rural «para reforzar su posición como presidente de proximidad y kilómetro cero».
Domitila Medina concede que «siempre es mejor que se promocione el puchero barra escaldón antes que ver a un político en un anuncio comiendo hot dogs o tartaletas suecas de arenque, pero en cualquier caso desde nuestra asociación pedimos que el puchero barra escaldón siga siendo de todos y todas, y el Premio Canarias, eso también lo pedimos, aprovechando que salimos en los medios».
El Baifo Ilustrado ha podido saber, de fuentes cercanas al rodaje, que el puchero preparado por el candidato se quemó al quedar el fuego desatendido mientras le retocaban el maquillaje, infortunio que se suma a la larga lista de desgracias que Torres carga en su mochila política.