Ayer noche, durante uno de los actos institucionales para celebrar el Día de Canarias, concretamente un encuentro de agrupaciones folclóricas llegadas desde las siete islas hasta el Centro Insular de Deportes de la capital grancanaria, se produjo una simpática anécdota recogida por las cámaras de TelevisiónCanaria.
El encuentro acumulaba ya mas de una hora de retraso debido a una avería en la megafonía, cuando se anunció que iba a dar comienzo el acto. El Presidente del gobierno canario, Paulino Rivero, tomó el micrófono agradeciendo la presencia de los asistentes y los invitó a escuchar el himno de Canarias.
Fue entonces cuando entre silencio del recinto, el cansancio acumulado y la melodiosa composición del maestro Teobaldo Power, las cámaras de la TVAC captaron como el público asistente se iba dejando llevar por la música hasta quedarse dormido.
Al finalizar el himno, todos los asistentes, personalidades incluidas, permanecieron recostados en sus asientos mientras la grabación se repetía de nuevo, circunstancia que se repitió cuatro veces mas ante el estupor de los realizadores, que mantuvieron el directo en todo momento, hasta que algunos de los presentes despertaron alertados por las numerosas llamada de móvil por parte de familiares y amigos que no daban crédito a lo que estaban observando desde sus hogares. En ese momento, y con el desconcierto propio de quien acaba de despertar bruscamente de un plácido sueño, empezaron a escucharse unos aplausos, tímidos al principio, que desembocaron en una calurosa ovación que dio paso al inicio de la fiesta.
El propio presidente del ejecutivo autonómico quiso restarle importancia al asunto y se refirió al hecho como una «simpática y entrañable anécdota que habla muy bien de la armoniosa calidez de esa composición que representa la unidad de las islas. Además, ¿quién puede resistirse a un Arrorró canario a esas horas?».