«La Gomera me llama pero Casimiro ni me mira»

Los paisajes y las gentes de La Gomera han sido fuente inagotable de inspiración para el polifacético artista Leo Llorera
Los paisajes y las gentes de La Gomera han sido fuente inagotable de inspiración para el polifacético artista Leo Llorera

“La Gomera me llama pero sus políticos no me escuchan”. Con esta contundente frase empezó la rueda de prensa que el cantautor, cineasta, pintor y dactilógrafo Leo Llorera concedió en su casa de la isla colombina. Llorera, que siempre se ha definido como artista polifacético de dimensión ilimitada, lamentó profundamente el desdén con el que la clase política gomera acoge sus propuestas.

“Si me dejaran, si me escucharan, pondría la isla al más alto nivel en lo que a cultura se refiere. Sería como César Manrique para Lanzarote o Woody Allen para Nueva York. Pero Casimiro ni me mira” sentenció Llorera, que se manifestó profundamente preocupado por la pérdida de la identidad gomera. Según el artista las orquestas están dejando entrar ritmos que para nada corresponden a las tonadas tradicionales que se interpretaban en verbenas, bodas y bautizos. Por ello intentó que los ayuntamientos de la isla y la Consejería de Cultura del Cabildo promulgaran reglamentos de ordenación y estandarización de la orquesta gomera basándose en un tratado sobre el tema escrito por el polifacético creador.

Llorera se hizo famoso a principios de los setenta como líder del grupo “Brisas de Chipude”, una formación que marcó a una generación que despertaba a nuevas sensaciones y aires de libertad con discos como “Ay, Garajonay” o “Tirinininai con sentimiento sumo”. El éxito permitió al por entonces únicamente cantautor convertirse en un referente dentro del panorama cultural gomero y lanzarse a nuevos proyectos.

Durante la rueda de prensa el artista enumeró una larga lista de ejemplos de su trabajo: decorador de guachinches, diseñador de alfombras para las fiestas del Corpus, confeccionador de trajes para la reina del carnaval en todas sus categorías, coreógrafo de comparsas, letrista de coros polifónicos de la tercera edad, montador de belenes vivientes… la enumeración se prolongó durante un cuarto de hora, pasado el cual Llorera sentenció diciendo que “ésos eran sus poderes”.

Mil proyectos en el portátil

El artista continuó cargando nuevamente contra los políticos gomeros. “Como el gran Carlitos, que llevaba mil tangos en el alma, yo llevo mil proyectos en el portátil. Con ellos la isla sería imparable, pero ellos no me escuchan. Sé que mi gente me necesita y que están dispuestos a darme el reconocimiento que merezco, pero los dirigentes no me valoran. Ellos se lo pierden.”

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