La ola de calor, isla por isla

Ya está aquí la primera ola de calor fuerte del verano, que está dejando diversas consecuencias en el Archipiélago. Pasamos a repasarlas isla por isla.

La Graciosa

Los vecinos de La Graciosa llevan la ola de calor relativamente bien, ya que la comparan con la posibilidad de haber saltado por los aires media capital la semana pasada y se dan cuenta de que un poco de calor se sobrelleva mejor que la explosión de catorce kilos de dinamita decorativa.

Lanzarote

El termómetro ha alcanzado niveles tales que muchos camellos han sido vistos en los comercios locales pidiendo agua fresca y flash de diferentes sabores. Un comportamiento que tiene sorprendidos a los lanzaroteños, a los etólogos, y doblemente a los lanzaroteños etólogos.

Fuerteventura

Las autoridades confían en que el calor sirva para disminuir las aglomeraciones, y con ellas los posibles contagios de Covid-19, ya que con las altas temperaturas de estos días, estar a menos de dos metros de otro ser humano ya agobia.

Gran Canaria

Se ha detectado un aumento importante del número de personas que pide el café con hielo no por postureo o para subir la foto a Instagram, sino por necesidad de mantener el suministro de cafeína y a la vez refrescarse.

Tenerife

La intensidad de la ola de calor puede medirse en la drástica caída de la venta de chalequitos en La Laguna.

La Gomera

Tumbarse en el bosque de laurisilva y silbar «no aguanto este puto calor» han sido las dos actividades más demandadas por los gomeros en estos días.

La Palma

Un hombre tuvo que ser hospitalizado por un golpe de calor tras meterse en un disfraz de Enano para intentar superar la nostalgia de otro año sin Bajada de la Virgen. La cremallera (u otro mecanismo de análoga naturaleza pero secreto conocimiento) de la ropa se atascó y el hombre pasó varias horas en el interior, hasta que su familia fue a visitarlo y lo encontró deshidratado y tarareando el Minué con un hilo de voz, producto de alguna alucinación.

El Hierro

El calor ha incrementado la afluencia de los ciudadanos hacia las piscinas y charcos naturales de la Isla, hasta tal punto que el Servicio Canario de Salud ha tenido que habilitar puntos de vacunación en Tamaduste para aprovechar e ir inoculando en la fila de gente que quería lanzarse al agua.

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