Hace pocos días conocimos como el presidente del CCN Ignacio González anunciaba que pediría al Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife que las tunas pudieran intervenir en las bodas civiles que se celebren en el consistorio chicharrero. La noticia ha sorprendido a propios y extraños, causando un sinfín de reacciones de lo más variopinto. Una de las últimas que hemos conocido es la de la Federación de Murgas del Carnaval de la ciudad.
En un comunicado leído ante los medios de comunicación por William Agoney Barreto -presidente de dicha Federación y director adjunto de la Afilarmónica Los Konsuetudinarios- se dieron a conocer las medidas que las agrupaciones satíricas piensan tomar en los próximos días: «Una vez más las murgas del Carnaval de Santa Cruz somos víctimas de la secular marginación a la que estamos sometidos. ¿Quién se acuerda de los murgueros hasta la médula que en el día más feliz de su vida quieren escuchar el pasacalles de su murga de siempre mientras les cae el arroz encima? Nadie. Nadie tiene en cuenta las horas de sacrificio que gastamos en los ensayos solamente para cantarle a nuestra gente, para ser su voz, en un recinto que no le gusta a nadie y con unas entradas carísimas para la afición. Así que como no nos tengan en cuenta para las bodas civiles, lo van a lamentar: las murgas se comprometen a partir de ahora a acortar en cinco minutos sus actuaciones en los concursos.»
Ante esa amenaza sin precedentes y que sin lugar a dudas podría provocar un colapso en el Carnaval tal como lo hemos conocido hasta ahora, Ignacio González se ha mostrado comprensivo y con ánimo conciliador. Contactado por El Baifo Ilustrado declaró estar dispuesto a modificar su petición para dar cabida a las murgas. «Y no solamente las murgas. También quiero que en las bodas civiles en el ayuntamiento puedan actuar comparsas, rondallas, fanfarrias, parrandas, ballets, mariachis, orquestas gomeras, cuartetos de cuerda, bandas indies y Pepe Benavente», afirmó.