Con motivo de la celebración de su 40º aniversario, el popular Loro Parque, atracción señera de la isla de Tenerife, ha decidido dar un paso más y exhibir, junto a los gorilas, delfines, papagayos y orcas, a una pareja de tertulianos radiofónicos en cautividad. Es la primera vez que un parque zoológico se atreve a colocar frente al público a dos ejemplares, macho y hembra, de esta abundante especie, para que los visitantes puedan observarlos sin riesgos y comprender mejor su comportamiento.
Fernando Quinteiro, portavoz de Loro Parque, explica que «pese a que hemos reproducido su hábitat con tanta fidelidad de detalles como nos ha sido posible, los micrófonos están desconectados, de modo que su cháchara no llega hasta los visitantes que se acerquen a su entorno, y se minimicen los daños que podría ocasionar la exposición prolongada a opiniones con escaso fundamento acerca de múltiples temas». Según el portavoz, «los tertulianos fueron capturados en una emisora alegal, en una operación que se desarrolló con todas las garantías, y en las que ningún otro tertuliano ni técnico de sonido fue herido o sufrió daño alguno».
Estas nuevas atracciones, bautizadas como «Francisco» y «Pilar», pertenecen a dos subespecies. Él es un tertulianus derechii extremi, mientras que ella es una tertulianus pijiprogre feminis, por lo que la interacción entre ambos puede resultar de extraordinaria utilidad para los investigadores y para el público en general. Quinteiro no descarta que puedan llegar a aparearse, dando lugar a una super raza de tertulianos.
Los tertulianos pasan entre dos y tres horas al día con su entrenador, Federico Rituerto; «tienen unas rutinas básicas que no puedeun alterarse, así que les llevo la prensa nacional y local a primera hora del día y repasamos los principales digitales y blogs de política y economía para que puedan consolidar sus propias opiniones y despreciar las opuestas», según comenta este experto en comunicación con una larga trayectoria entrenando tertulianos.
Cabe recordar que el año pasado fue un año accidentado para el mundo de los tertulianos, ya que, al cierre de tantos medios de comunicación, se sumó la expulsión de uno de estos opinadores de una tertulia «por saber de lo que hablaba».
