El pasado mes de junio se publicó en el Boletín Oficial del Parlamento de Canarias un acuerdo según el cual los miembros de la Mesa y de la Junta de Portavoces percibirán hasta 83 euros por su asistencia a video-conferencias. Dado que este dato ha pasado casi desapercibido entre los canarios (dato sorprendente si se considera el elevado volumen de visitas del citado Boletín en Internet), el presidente del Parlamento, Antonio Castro, ha decidido introducir algunas mejoras más en las retribuciones de todos los diputados de la Cámara, que de ahora en adelante podrán ingresar entre 25 y 60 euros por asistencia a procesiones, sermones y demás actos litúrgicos. Para calcular la indemnización a la que se tiene derecho se tendrán en cuenta la isla donde se celebre, el nivel de fervor popular del santo en cuestión o las horas que se deba permanecer de pie.
Si bien muchos diputados admiten que esta medida puede no ser comprendida por el conjunto de la población, no son pocos los que creen que es la respuesta más justa a una larga reivindicación. Según señaló a El Baifo Ilustrado una diputada de la isla de La Palma, «la gente se cree que ir de procesión es una fiesta, pero no lo es: te tienes que vestir de negro aunque sea agosto, vas caminando muy despacio y con tacones, con lo que eso revienta, saludar a todo el mundo, aguantarle la chapa al obispo y poner cara de que estás viviendo un momento muy intenso aunque te la traiga al pairo; si eso no es añadir penosidad a un trabajo ya de por sí ingrato, pues que venga Dios y lo vea». Esta misma diputada añade que «la gente tiene que saber que esto se tributa igual, ¿eh? Que no somos ningunos caraduras».
En la misma línea, un portavoz autorizado de la Federación Canaria de Municipios adelantó que «desde la Fecam estudiamos adoptar una medida similar para compensar a los concejales de los municipios que a lo largo del año asisten a incontables galas de elección de la reina de las fiestas patronales, dado que la mayoría de éstos son eventos infumables que no se acaban nunca, con siete rondallas que tocan los mismos temas, espectáculos descoordinados y aspirantes con nombres impronunciables que luego el alcalde se tiene que aprender para poder entregar la corona a la ganadora». Según este mismo portavoz, «son actos a los que se asiste con todo el cariño del mundo y todo el respeto para el esfuerzo de los vecinos, pero cuando estás ahí pelado de frío en la plaza del pueblo porque resulta que las fiestas de San Pitopato son en enero, pues piensas que esto no está pagado, y la intención es que a partir de ahora esté pagado».
El Ministerio de Hacienda no ve con buenos ojos estas medidas, por cuanto pudieran afectar al déficit de las Comunidades en caso de que se extiendan fuera de Canarias, y ya ha negado categóricamente la posibilidad de habilitar una línea de crédito para abonar estas dietas con carácter retroactivo, tal y como reclamaban buena parte de los diputados en activo y retirados.
Y el mes que no haya santo, con ir a misa todos los domingos ya son 4 días de dietas…ta güeno mi negro