Con ocasión de la conmemoración del primer centenario del nacimiento del mítico payaso Fofó, la prestigiosa publicación Journal of Illiterate Stone Mug -validada por la Universidad de Browntong y por la Society of Scientist Research of Millaware- ha publicado los resultados de la última investigación realizada por el estudioso Tinerfe Loro, según la cual, el querido amigo de los niños de cincuenta años o más sería, en realidad, la reencarnación de Vladimir Ilych Ulyanov, más conocido como Lenin.
Como en otras ocasiones, el señor Loro nos concede la exclusiva de sus informaciones, tras un infructuoso intento de recibir algún óbolo a cambio, más allá de convidarle a un zaperoco (sin licor). Una vez que da buena cuenta de la bebida, se explaya como siempre, pródigo en detalle: “Si usted ve las fechas de la muerte de Lenin y el nacimiento de Alfonso Aragón, comprobará que existe una continuidad de personalidades, pero lo más determinante es la trayectoria que él y sus hermanos tuvieron durante todo su desempeño profesional.”
Interesados ante estas informaciones, le pedimos a don Tinerfe que prosiga: “Fofó, junto a sus hermanos Gaby y Miliki, cambiaron un montón de detalles que, hasta ese momento, definían el mundo payasil: renunciaron al maquillaje y, muy importante, se enfundaron unas camisolas de color rojo. El color de los comunistas”.
Mientras nuestro interlocutor se pierde en un mar de datos de diverso interés, consultamos la Wikipedia y descubrimos que Fofó nació antes de que Lenin muriera. Cuando lanzamos esta información al señor Loro, éste responde entre balbuceos: “bueno, ejem, eso es un detalle menor… (toses). Las almas y los espíritus no se rigen por las mismas reglas y seguro que la esencia del padre bolchevique viajó en el tiempo hasta ocupar el cuerpo del bebé Aragón, en un fenómeno que ahora no puedo explicarle pero que seguramente incluya vibraciones dimensionales, agujeros de gusano y algo cuántico” -concluye para pasar, sin solución de continuidad a apabullarnos con más datos.
“El uso del rojo no es el detalle principal” -nos informa don Tinerfe-: toda la producción musical está plagada de mensajes que difunden proclamas de naturaleza socialista. Así, la canción del auto nuevo es un alegato en favor de la colectivización de los medios de transporte. La melodía de los días de la semana educa en torno a la necesidad de no darse a la molicie del juego, placer burgués, y de trabajar en favor de la comunidad. Eran marxistas-leninistas de pura cepa, pero lo tenían que disimular.”
“Fijese usted, señor Gunnarson” -añade el investigador” –“que en la tele española se atrevieron a hacer proselitismo en tiempos de la dictadura. Gaby era siempre el payaso serio, el carablanca y el que quería llamarles al orden burgués, pero sus hermanos revolucionarios siempre salían victoriosos. En las historias que teatralizaban, se rebelaban contra la tiranía del señor Chinarro, paradigma del explotador capitalista.”
Llenos de dudas ante las afirmaciones del señor Loro, nos dirigimos a hablar con nuestro experto en los movimientos marxistas, el señor Hochimincillo Vonguyenyap. “Ya no me hago llamar así” -nos aclara- “ahora uso el seudónimo de Listercillo Pecoe y me defino como euroescéptico y pro-soviético, porque a los del PCPE les suelen dejar en paz”. Dicho esto, añade: “Mire, yo no sé si eso que cuenta es posible o no. Personalmente, creo que a estos tipos que van contando esas historias les hace falta un buen campo de trabajo y reeducación, pero, en el fondo, no está muy descaminado. Con tanto personalismo, tanto baile de siglas y tanta división de fuerzas, me temo que las fuerzas de izquierdas están haciendo el payaso” -concluyó, mientras iba camino de su centro de salud, para ver si le subían la dosis de antidepresivos.