El ambicioso proyecto de la Casa del Carnaval, ubicado en el barranco de Santos, contará con la presencia permanente en sus instalaciones de los entrañables personajes del carnaval. Aunque estará prohibido ofrecerles comida o dinero los visitantes del recinto podrán interactuar con ellos y disfrutar con sus divertidas ocurrencias y cucamonas.
Ante el rumor -que amenaza en convertirse en polémica- de que los personajes del carnaval estarán retenidos contra su voluntad, el alcalde José Manuel Bermúdez aclaró a El Baifo Ilustrado que se trata de «un despropósito sin fundamento» y que tanto la valla electrificada que rodea el recinto como los tiradores de precisión de las garitas solo cumplen funciones de seguridad. Preguntado al respecto el popular Cantinflas solo acertó a decirnos: «Pues como que si sí, como que si no, ándeleee» antes de caer al suelo en redondo. La Lecherita, más discreta, se limitó a pasarnos una nota escrita en papel de fumar en la que podía leerse «Ayuda».
Con la finalidad de proporcionar al visitante una experiencia completa del carnaval chicharrero se prevé que el espacio sea ampliado en los próximos años para albergar a una murga amaestrada, una docena de rondalleros de mirada perdida y un espectáculo de lajas sin camisa revolcándose en su propio vómito que se ofrecerá en horario de madrugada.
Muy buena idea, pero que no olviden que debe sonar pasito tun-tun todo el tiempo