El presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, se ha mostrado muy satisfecho tras la reunión mantenida ayer con el que ha denominado como «el Paulino nuevo», incapaz de atender a las indicaciones de sus asesores, que le avisaron reiteradamente de que el presidente canario ya no era Rivero sino Fernando Clavijo. De buen humor y en un tono distendido, Rajoy ha asegurado que ve a Rivero «muy cambiado y más joven», mientras Clavijo ha asentido con cara de circunstancias evitando corregir al presidente para, según confesó luego a su entorno, «no caer mal ya en la primera visita siendo el niño repipi que le enmienda la plana al anfitrión».
A Mariano Rajoy no se le ha pasado por alto que ahora el presidente de Canarias lleva una mochila, hecho que calificó como «muy interesante y novedoso, porque en las mochilas caben cosas, y se pueden llevar esas cosas de un lado a otro, y lo que uno ha llevado de un lado a otro, pues ya no está en el mismo sitio, y eso es avanzar, como la recuperación económica».
Fernando Clavijo ha intentado centrar la conversación en la financiación autonómica y en la reforma del Régimen Económico y Fiscal, si bien Rajoy ha dedicado un amplio espacio a debatir sobre el frustrado fichaje de David de Gea por el Real Madrid, forzando incluso un posicionamiento institucional de Clavijo sobre este tema. El presidente del Gobierno de Canarias se ha comprometido a llevar este asunto al Parlamento autonómico con tal de que Mariano Rajoy volviera a centrarse en la dotación económica de los servicios esenciales en las Islas.
Antes de despedirse, Rajoy ha preguntado a Fernando Clavijo si no le había traído unos plátanos.