Al este del oeste

Si Walt Disney pudo nacer en Almería y Clint Eastwood ser hijo de Stan Laurel, John Wayne pudo ser oriundo del municipio herreño del Pinar. ¿Le ha sorprendido esta última afirmación? A nosotros también, pero son los resultados de una investigación desarrollada por la cineasta y bióloga aficionada de origen inglés Amalia Berta Elena Shoutsteele. “Neli”, como la conocen en su barrio de Valverde, lleva muchos años dedicada a la investigación de curiosidades del séptimo arte. Sus últimas pesquisas la han llevado a postular que el “Duque” no nació realmente en Iowa sino en la isla del meridiano.

Al este del oeste
El Duque, en uniforme de paseo. Fuente: elagujónmusical

“La primera pista me la dio el hecho de el que parecía ser su nombre verdadero: Marion Robert Morrison. ¿Marion no era un nombre de chica? Luego me di cuenta de que en esa biografía que se nos ha vendido era oriundo de Iowa, en la América profunda. El capitán Kirk de Star Trek también es de ese lugar, lo que recalca su identificación con los ideales del país yanqui. Es evidente que intentaron construirle un pasado genuinamente americano, pero cometieron el desliz de ponerle un nombre de chica a la representación de la testosterona a caballo. Estaba sobre la pista”.

“Neli” sigue contándonos la evolución de sus investigaciones mientras nos sirve otro cortado y otra quesadilla en su bar de Punta de la Estaca, “El cinesín”. “El Duque nunca renunció realmente a sus orígenes, pero no podía destruir su imagen de genuino icono americano. Sin embargo, fíjese que escogió convertirse en el arquetipo de una profesión llevada por los españoles al nuevo mundo. ¿Sabía usted que el primer cow-boy era de Lepe?” Haciendo caso omiso a los nuevos clientes que acaban de llegar por vía marítima, “Meli” continúa su relato: “Un día, paseando por el Pinar para recoger otra remesa de quesadillas, escuche que a voz en grito una discusión entre dos vecinos en la que uno gritaba a otro: Juan Vaina, que eres un Juan Vaina. Automáticamente pensé en las similitudes fonéticas entre ese apelativo y el nombre de John Wayne. Tuve una epifanía: el Duque había escogido como pseudónimo artístico la versión inglesa de su nombre original. John Wayne era realmente Juan Vaina”.

Pruebas biológicas y culturales

Un tanto escéptico ante esa línea de razonamiento, le pregunté si contaba con alguna prueba real que refrendara su hipótesis. Sus labios dibujaron una inmensa sonrisa (y al abrirse mostraron la ausencia de toda la dentición menos dos incisivos). “Tengo la prueba definitiva. En una subasta en eBay gané uno de los últimos sombreros tejanos usados por el Duque. Trabado en la badana había un par de pelos de su tupé. Los mandé a analizar a un laboratorio de Las Palmas y me indicaron que en el ADN se encontraba el marcador genético U6B1, propio de la raza guanche.”

“Piense además” –añadió mientras me dirigía a la puerta, pues se me escapaba el barco para Tenerife- “que los canarios tienen mucha afición por las películas del oeste y que los tinerfeños fundaron Texas. El Duque nunca olvidó sus verdaderas raíces” –concluyó mientras volvía a mostrar su sonrisa bi-dente.
Después de tan emocionante relato, solamente pude preguntarle si sabía que en sus años finales el actor había usado peluquín, por lo que probablemente aquellos pelos analizados no fueran suyos. El rostro de “Meli” se transfiguró y me persiguió de vuelta al muelle armada con una botella de 103 y profiriendo toda suerte de improperios.

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