El presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, ha empleado su reflexión semanal en su blog para abordar un tema de candente actualidad, destapado por Cöco de la Emme en exclusiva para El Baifo Ilustrado. La noticia de que la Agencia Tributaria actuará contra la venta de pulseritas de goma entre los escolares no ha dejado indiferente al mandatario autonómico, quien en una entrada titulada «Ya es hora de que los niños canarios paguen el IGIC» aboga por la legalización de este negocio y su regulación a fin de aplicarle los impuestos que corresponden a esta actividad económica.
Las palabras de Rivero no dejan lugar a equívocos: «Ahora que hemos sabido que la Agencia Tributaria va a intervenir en el comercio de pulseritas de goma entre escolares, desde el Gobierno de Canarias estamos convencidos de que ese comercio debe cumplir todas las normas que son aplicables dentro de las Islas, empezando por el pago de los impuestos que todos los empresarios abonan para crear riqueza y empleo. Así que exigiremos a estos jóvenes emprendedores que abonen el IGIC correspondiente a sus pulseritas, pudiendo acogerse al tipo reducido si reinvierten los beneficios en la RIC». No obstante, el presidente asume que este último aspecto es de difícil consecución, pues el comerciante de pulseritas menor de edad suele invertir los beneficios en golosinas, que de momento no son válidas para la RIC, a falta de estudiar este aspecto en próximos Consejos de Gobierno, según fuentes del entorno de la Consejería de Hacienda.
Paulino Rivero se congratula de que Canarias sea una región puntera dentro del contexto nacional «en empresarios autónomos de doce años o menos, pero no podemos consentir que el fraude se afiance como estilo de gestión empresarial cuando apenas están empezando», y anunció inspecciones exhaustivas en los colegios para comprobar que todos los niños que fabrican, distribuyen o venden pulseras tienen el alta de autónomos, están al corriente de pago y abonan la Seguridad Social de los compañeros subcontratados, si se diera el caso.
Por su parte, Gustavo Matos, director general de Comercio, estudia junto a la Consejería de Educación reconvertir los colegios con mayor índice de fracaso escolar en centros de elaboración y venta de pulseritas, «para no desaprovechar la infraestructura y dar una salida a esos niños que no sirven para estudiar pero hacen unas pulseritas preciosas y quién sabe si más adelante, también ceniceros con latas de Coca Cola». El objetivo es estimular la creatividad y la actividad económica.
