Fuentes de la presidencia de la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife aseguran que el presidente de la misma, el nacionalista Ricardo Melchior, se encuentra profundamente preocupado por las repercusiones que una probable huelga de estibadores podría tener en su rutina diaria. Según estas fuentes, cada mañana, tras repasar la prensa y firmar algunos documentos, Melchior es llevado por un chófer hasta lo alto del barrio de La Alegría donde, desde una atalaya especialmente construida bajo su mandato, se dedica a otear el horizonte en busca de cruceros que se dirijan a Santa Cruz.
«Don Ricardo», continúa esta fuente que pide guardar el anonimato, «baja cada vez que ve uno y encarga una metopa para el barco en cuestión, éstos son tiempos dorados para la industria de la metopa en Santa Cruz; los del Aida Cruise tienen tantas que ya el capitán las tira por la borda cuando el presidente no le ve». Sin embargo, la posibilidad, cada vez más cierta, de una huelga de trabajadores de la estiba puede alterar de manera imprevista la rutina de Melchior.
Sus colaboradores intentan tranquilizarle pero el presidente de la Autoridad Portuaria se muestra convencido de que tendrá que abandonar su vigilancia diaria para dedicarse a engorrosas actividades como mediar en la negociación entre patronal, estibadores y Administración pública, o incluso descargar los barcos él mismo para asegurarse de que no haya un desabastecimiento en la Isla. Según parece, se encuentra profundamente disgustado por el hecho de que el presidente del Cabildo, que le sucedió, Carlos Alonso, no se haya interesado por este tema y sí por la Gala Drag Queen de Las Palmas.