Salen a la luz detalles de la carta perdida de Nelson

Tras 228 años extraviada, ha aparecido una carta nunca leída de Horacio Nelson tras su frustrado intento de conquistar Santa Cruz de Tenerife y El Baifo Ilustrado ha querido profundizar en esta noticia que podría reescribir la historia asociada a este hecho.
Hemos contactado telefónicamente con uno de los mayores expertos que nuestro humilde presupuesto nos permite, el profesor Matt Usalem, catedrático del departamento de Historia de la Universidad a Distancia de Cambridge del Norte, que amablemente ha accedido a atendernos.

Profesor Matt Usalem, ante todo gracias por compartir su tiempo con El Baifo Ilustrado.
Díganos cómo es posible que más de dos siglos después aún se puedan encontrar testimonios sobre lo que sucedió aquellos días de finales de Julio de 1797.
«Es un placer, siempre tengo un momento para dedicar a los medios de comunicación honestos y rigurosos con la verdad.
A su pregunta, he de decirle que hay una explicación sencilla que aleja cualquier teoría conspiranoica. Según parece, fue el propio Nelson el que escribió esa carta pero se equivocó al poner el código postal y no puso los sellos suficientes, con lo que el sobre quedó en un rincón de la oficina postal hasta que hace unas semanas alguien lo descubrió».

¿Hay algún dato revelador en dicha misiva, algo que no sepamos sobre lo ocurrido?
«Sí, hay datos muy interesantes. Si bien es cierto que del frustrado intento de Nelson sólo ha faltado hacer un musical, y cuando creíamos saberlo todo, resulta que la historia tenía aún elementos desconocidos.
En primer lugar, en la carta se habla de la rápida y milagrosa recuperación del almirante, que en su época se atribuía a las propiedades del licor tomado en grandes cantidades, y que ha resultado tener una explicación más racional. El propio Nelson confesaba a un amigo que en realidad no había sido para tanto, pero que viendo el cariz que tomaban los acontecimientos y la paliza que les estaban dando, exageró un poco para así regresar a su barco».

¿Hay pruebas de ello?

Retrato de Nelson regresando a su navío tras ser herido
Retrato de Nelson siendo asistido por sus oficiales

«Sí claro. En la carta se adjuntaban dos pequeños retratos que el almirante mandó realizar estando aún a bordo del Theseus. El primero era el que debían hacer llegar a la Corte, y en él se veía a un Nelson herido siendo sujetado por varios oficiales también con evidentes señales provocadas por la dureza del combate . Un momento de extrema tensión que trasladó a las islas británicas la angustia de aquella batalla que se libraba.

Sin embargo, y aquí radica una de las grandes revelaciones, el almirante había mandado hacer un segundo retrato para su colección personal, a modo de recordatorio de aquella aventura.
En ese segundo retrato, se ve a la tripulación sonriendo relajadamente y disfrutando del buen tiempo que hacía en Julio en el archipiélago canario».

Nelson posando con su tripulación
La tripulación haciendo la ola (nunca mejor dicho)

¿Fingió entonces para tener una excusa?
«La historia que cuenta esa carta es distinta a lo que creíamos saber. Parece ser que la flota no iba con intención de conquistar la isla. Era el mes de Julio y aunque aún no existía el turismo masivo, las playas, el sol y las bebidas libres de impuestos eran un reclamo para aquellos marineros que pasaban meses sin tocar tierra.
Hay unos párrafos muy reveladores en esa carta.

… así, en las primeras lanchas que se acercaron a la costa pude apreciar el ánimo de fiesta y jolgorio que traían nuestros soldados, cosa que pareció no gustar a los lugareños, que ya me habían advertido que eran gentes tranquilas que huían del bullicio.
El recibimiento no fue bueno, todo hay que decirlo. así que optamos por regresar a nuestros buques.
En el segundo intento ordené utilizar los uniformes de pasear, los bonitos, para que se viese que éramos gente pudiente que sólo veníamos a hacer compras y tal vez alguna que otra excursión… pero andaban ya recelosos y en cuanto levanté la mano para saludar, me lanzaron una pedrada que me la dejaron atontada para varios días.
Decidí entonces que era mejor volverme al barco así que exageré un poco para que me llevasen de vuelta antes de que la cosa empeorara.
Mientras aquello sucedía, al tiempo quise avisar al resto de barcazas para que regresasen, que ya si eso volvíamos otro día que no les pillásemos tan enfadados… pero entre el vaivén de las olas y que con la mano izquierda no me apañaba bien, se me interpretó mal y unos pocos creyeron que les animaba a continuar sin mí por lo que siguieron avanzando hasta desembarcar junto a un barranco, con tan mala fortuna que al pisar tierra firme cruzaron por unas fincas recién sembradas.
Para qué fue eso… Les molieron a palos.
Tuvieron que refugiarse en un convento y cuando llegó a mis oídos tal noticia propuse a mis oficiales hacer como que veníamos a tomar la ciudad y que la cosa no había salido del todo bien, que si eso nos rendíamos y todos tan amigos, que unas veces se gana y otras se pierde, que las batallas son así, que no hay rival pequeño,… Todos estuvieron de acuerdo menos el capitán Maderfaker, … que desgraciadamente cayó por la borda minutos después».

Muchas incógnitas que resolver… pero se nos acaba el saldo disponible para llamadas no incluidas en el roaming.
¿Sería posible que nos llamase usted, profesor?
….. Mmmm… No.

 

Desgraciadamente se perdió la comunicación pero se generó una duda razonable sobre lo que realmente sucedió en aquellos días.

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