Me reúno nuevamente con el investigador Juan Carromero en una conocida arepera de la Cuesta. Mientras da buena cuenta de una selección de las especialidades de la casa, el herreño me pone al tanto de su último trabajo de investigación; un nuevo golpe al orden científico establecido que demostraría la realidad de la transmigración de las almas: Fernando Clavijo es la reencarnación de Mochilo.
Mientras pide una ración de cachapas con queso blanco y membrillo, Carromero amaga un eructo y expone lo que, en su opinión, son irrefutables pruebas o, mejor dicho, prueba: la mochila.
“Se habrá fijado usted, señor Gunnarson, que nuestro Presidente nunca lleva corbata pero jamás se separa de su mochila. Estos dos datos parecen carecer de relación entre sí, pero en realidad no la tienen. Es el factor mochilero el que importa: al igual que el popular fruitti, Clavijo no se desprende de su macuto y lo lleva a todas partes.”
Cuando le hago ver que una mochila no es más que eso, Carromero agita la penúltima cachapa en el aire y llena entorno de millos y migas: “en esta ocasión es algo más que una mochila, porque es innegable que las bolsas espaldares que lucen Mochilo y Clavijo son la misma. De la misma forma que el fruitti sacaba en cada aventura lo que necesitaba, el Presidente recurre a su mochila como herramienta de gobierno. Aventuraría que el macuto en cuestión alberga el espíritu de Mochilo y que cuando Clavijo la carga a su hombro, entra en comunión con el espíritu del fruitti.”
Después de rechazar repetidamente las invitaciones de Carromero a compartir con él una nueva ronda de arepas y cachapas, me topo con Tinerfe Loro, que espiaba desde una terraza contigua y escondido tras un ejemplar de la Razón a su colega y rival del mundillo paranormal. Me aborda a la salida y me advierte de la poca fiabilidad de Carromero: “esa historia es una monumental tontería. Juanito aspira a ser el Iker Jiménez de la Televisión Canaria y piensa que hacerle la pelota a Clavijo le va a servir, pero las lleva claras. He visto leyendo los posos de mi taza de leche y gofio que el elegido voy a ser yo, gracias a mi estudio que demuestra que Patricia Gutiérrez pertenece a un grupo reducidísimo y selecto de illuminati conocido como `los que nos gobiernan arriba y en la sombra´. Ya lo verá.»
A la vista de estas controvertidas declaraciones, es evidente que el sector paranormal insular está tan revuelto como la política.
