El violento estallido de un nuevo episodio en el conflicto entre Israel y Hamas ha desencadenado un torrente de reacciones en todo el mundo. Gobiernos, organizaciones políticos y gente con gusto de opinar sobre cualquier tema de actualidad se han pronunciado y han generado las inevitables reacciones, donde las afirmaciones de unos y otros se están utilizando como materia prima para alimentar otros debates. En este escenario de dimes y diretes, una de las formaciones más criticadas ha sido la coalición Sumar, cuyos integrantes han sido atacados por no calificar las acciones de una de las partes como terroristas. La respuesta de diversas formaciones englobadas bajo la bandera de Yolanda Díaz no se ha hecho esperar: la organización de talleres de malabares.
Después de diversas pesquisas, localizamos a un miembro de Proyecto Drago, que ha pedido permanecer en el anonimato –“cómo se pondría Alberto si se entera que vamos contando por ahí las estrategias”-. Amablemente, nos explica las razones de una propuesta que su formación está impulsando: “Durante años hemos llamado «terrorismo» a prácticamente todo: terrorismo inmobiliario, terrorismo laboral, terrorismo de Estado, terrorismo, terrorismo, terrorismo… luego llega una organización como Hamas que, siendo su condición de organización terrorista discutida en todo el mundo, realiza actos que sí son calificables como tales y, como no repetimos la palabra, nos dan más palos que a una estera. Por eso, hemos decidido elaborar una estrategia que permita exponer a la ciudadanía nuestra postura, de manera que esto no nos cueste votos, en una hipotética repetición de los comicios. Bastante tenemos ya con la jefa yendo a rendir pleitesía a Puigdemont… pero estoy divagando: nuestra propuesta es la de enseñar a nuestros portavoces a aclarar nuestra postura y lo vamos a hacer con una herramienta que se nos da muy bien: los malabares.”
Desde los días del 15-M y antes aún, los talleres de malabares, equilibrismo y batucada han sido una presencia constante en las acciones de ciertas formaciones políticas. Según nos explica nuestro interlocutor, en los talleres para portavocías solamente se plantea cambiar el monociclo, el taburete o la tabla con cilindro por el micrófono. “Lo importante es siempre caer de pie” -nos aclara y, para concluir, termina indicando que esta formación se complementará con un taller sobre descubrimiento del clown interior: “creemos que, para poder llevar a cabo nuestra propuesta con ciertas posibilidades de éxito, habrá que hacer un poco el clown” -concluyó nuestro interlocutor, para luego fingir ante un conocido que pasaba por allí que no había contestado a ninguna de nuestras preguntas, al grito de “¡terrorista periodístico!”
ACTUALIZACIÓN: la presidenta de la Comisión Europea Ursula von der Leyen ha pedido plaza en estos talleres, para aprender a equilibrar sus posturas en materia de conflictos.