Esther Arribas, santacrucera de 67 años, sacó a su hijo José Ramón T. A., de 29, de la manifestación negacionista del pasado sábado corriéndolo a cholazos por la plaza de España. Lejos de reprocharle esta forma de maltrato, el Gobierno de Canarias ha mostrado su interés por ficharla para incentivar la vacunación.