Santa Cruz de Tenerife se queda sin Gorgorito. El espectáculo infantil de las marionetas de Maese Villarejo cancela sus funciones de este fin de semana a raíz de un brote de Covid-19 entre los muñecos, según ha informado la compañía en un comunicado. Todas las marionetas se encuentran asintomáticas y haciendo aislamiento por precaución en sus casitas del teatro, salvo la Bruja, que por edad y por padecer patologías previas, presenta un cuadro de mayor gravedad y está siendo atendida por titiriteros sanitarios que monitorizan su estado de forma permanente. Según el último parte médico, la situación de la Bruja sería mucho más comprometida de no haber tenido las tres dosis de la vacuna.
Esta desdichada circunstancia ha dejado desolados a los niños santacruceros, ansiosos de la llegada de las Fiestas de Mayo como cada año para disfrutar de las aventuras de Gorgorito y su heroica lucha contra la malvada bruja y sus secuaces. El joven Tanausú Marrero, conocido por haber demandado a su madre por un mal disfraz de Carnavales y en otra ocasión por haberle obligado a celebrar los Finados, vuelve a emplear sus dotes para la abogacía y sus conocimientos legales para preparar una demanda colectiva contra el Ayuntamiento, «por no disponer de un plan de contingencia que nos ofrezca entretenimiento a los niños y niñas de Santa Cruz en caso de emergencia». Marrero ha abierto una petición en Internet para sumar apoyos a su propuesta de que el alcalde Bermúdez se abra un perfil Tik Tok y ejecute elaboradas coreografías que luego pueda replicar en un escenario en el Parque García Sanabria.
No todos los niños están conformes con las explicaciones. Belinda Guerrero, de 9 años, se muestra indignada porque «con el timo del Covid pretenden ahorrarse el dinero de las funciones haciéndonos creer que Gorgorito tiene una enfermedad que no existe y que los chinos crearon en un laboratorio, si está enfermo de algo tiene que ser de los chemtrails con los que nos fumigan, que digan la verdad las autoridades si tienen valor». Esta inconexa perorata, que denota el bajo nivel intelectual de su entorno, está siendo muy celebrada por sus amigos del cole, que la califican de «divertida e intrigante».
La compañía ha preferido no hacer la representación a hacerla con mascarillas porque temen que los niños «no puedan seguir bien la trama».