Antonio Nuño, un experimentado paracaidista canario de 40 años, se ha propuesto batir el récord de salto desde más altura efectuado el pasado domingo 14 de marzo por el austriaco Felix Baumgartner. Para ello intentará arrojarse desde el ego del senador Alarcó sin más ayuda que la de sus propios pulmones. «Los riesgos asumidos en el desafío son muchos», aseguran los expertos, «Baumgartner sabía que la marca a batir eran 39. 068 metros, pero la cima desde la que intentará lanzarse nuestro héroe canario es insondable». Aún así Nuño no se arredra y lleva desde hace semanas sometiéndose a duros entrenamientos que incluyen la asistencia a todas las conferencias del popular cirujano tinerfeño y la escucha diaria de todas sus tertulias. Se calcula que el momento idóneo para el salto está entre los cinco y diez primeros minutos de conversación, entonces Antonio Nuño se lanzará al vació sin saber exactamente cuando pisará tierra. La odisea, patrocinada por la marca de gofio Comeztier, será retransmitida en exclusiva por el inexistente segundo canal de la TVC y el Canal Senado. Si lo consigue su nombre se inscribirá con letras de oro en el libro de las gestas imposibles.
El ego de Alarcó no es insondable, porque sería profundo, luego sería bajo y eso jamás; en todo caso sería inconmensurable y no es tal. Es de unos 25 años luz de longitud, ahora mismo llega a Beta Centauri que anda por ahí (+/-) y los alienígenas de la zona se sienten embargados por un sentimiento confuso que han expresado construyendo y adorando un borrego de oro (Chapado, porque no es oro todo lo que reluce)
De todas maneras, como un hombre ilustre puso en su despacho: Mi valía se conoce por la de mis enemigos…A mi personalmente éste reñor me la refanfinfla