Un estudio hecho público por el colectivo Economistas contra la Diabetes ha llegado a la conclusión de que si en las Islas se implantara un impuesto al azúcar, Canarias sería catapultada hacia los primeros puestos de las regiones más ricas de España. Marcelino Sánchez, portavoz del colectivo, ha incidido en el abuso de esta sustancia que se hace en las Islas, al margen de la cantidad de azúcares añadidos que lleva la comida procesada, ya que «mucho antes que eso, y debido a los condicionantes de pobreza en la que esta tierra se mantuvo durante tanto tiempo, el azúcar ha sido un elemento omnipresente en la repostería y en la vida diaria».
«Un impuesto al azúcar influiría decisivamente en su consumo, pero es difícil predecir si disminuyéndolo o manteniéndolo, dado que los canarios son verdaderos yonkis del azúcar y casi preferirán pagar para seguir tomando refrescos hiperazucarados y ron miel», añadió Sánchez, quien también afirmó que «un impuesto a las almendras usadas en los postres podría situar a las Islas como la cuarta economía de la zona euro». Según señaló «el azúcar y las almendras son dos cosas para las que los canarios no tienen tino ni medida».
Por otra parte, el responsable de SinAzúcar.org ha anunciado que «tira la toalla» con Canarias. En un comunicado, señala que «lo de Canarias no tiene remedio, le ponen azúcar a todo. Tienen una cosa llamada barraquito, que ya lleva leche condensada, y aún así hay gente que le echa el sobre de azúcar, completo; comen panes bañados en azúcar, frangollo, que empalaga solo de verlo, rosquetes de batata, se han adueñado del polvito uruguayo… es que no vale la pena seguir insistiendo». Aprovechó el comunicado para recordar que un vaso de Clipper equivale a 300 gramos de azúcar.
