¡Escándalo en la alta cocina! Un reportaje exclusivo de la prestigiosa revista gastronómica “Trae pan” ha desvelado las condiciones en las que muchos becarios y aprendices trabajan en buena parte de los restaurantes de alto nivel que desarrollan a cabo su actividad en nuestro país. Este trabajo de investigación periodística, que ha levantado grandes ampollas en el sector, ha afectado de lleno a Canarias, pues uno de los establecimientos analizados está en las islas.
El trabajo de investigación estuvo dirigido personalmente por la responsable de la publicación, la prestigiosa gastrónoma Pam Bhufetta. Enamorada de las islas y de sus platos, escogió uno de los restaurantes con más predicamento dentro de la alta cocina española, el establecimiento “Esencias de Malvasía” regentado en Haría por el prestigioso chef conejero Zonzamas Chacote. A su inauguración, en octubre de 2018, asistió una nutrida representación de la “gente guapa” insular: el estilista capilar Dieter Postigo, la modelo Keka Galera, la diseñadora Lakka Palohpeloh o la aristócrata Cuca Grande fueron algunos de los famosos que se pasearon por allí. Por el estiloso local ha pasado lo más florido y granado de la alta sociedad lanzaroteña y canaria, pero esta situación bien podría cambiar, tras la publicación de este polémico reportaje.
“Esencias de Malvasía” se presenta como un ejemplo del lado oscuro de la alta cocina: horarios excesivos, salarios escasos, contraprestaciones en la forma de aprendizaje y prestigio, habitaciones-patera… La imagen de Chacote ha quedado seriamente tocada, al presentarle como un patrono tiránico que devora pinches como sus clientes devoran las exiguas raciones de sus inmensos platos. Estas revelaciones son el resultado de una operación que se llevó a cabo de forma secreta y bajo el nombre clave de “operación Kunta Kinte”.
El reportaje, que viene firmado por el colectivo “Trae pan ñam-ñam Team” ha generado reacciones de todo tipo. Así, las agrupaciones en defensa de los derechos de los trabajadores en el ámbito de la restauración han aplaudido este valiente gesto periodístico, en tanto que el empresario Juan Rosell se ha interesado por el modelo laboral impuesto en el restaurante de Chacote. Sin embargo, las reacciones más airadas han llegado desde una representación de la selecta clientela del local. Sin ir más lejos, Cuca Grande envió un comunicado a los medios, en los que vinculaba el reportaje publicado en “Trae pan” a los ataques a la alta sociedad a los que estamos asistiendo en estos tiempos. “Hay gente que no sabe cuál es su lugar en el mundo. Ya quisieran poder acercarse siquiera a cualquiera de las creaciones del maestro Chacote. En todo caso, no nos rendiremos ¡Pitita vive! ¡La lucha sigue!”
Manifestamos nuestra mayor repulsa ante un reportaje que únicamente busca el desprestigio de los profesionales isleños obviando completamente su enorme labor de recuperación de los productos locales para elaborar con extraordinaria innovación nuestros platos tradicionales que ni siquiera son aludidos en el mentado reportaje: dónde está la espuma de potaje de berros, dónde el «aire de cherne», dónde el celebérrimo postre de plátanos enarenados en gofio en la exquisita elaboración paisajística de Acoydán Ramírez (un calcinado desierto de gofio de Firgas que da paso a un dorado mar de plátano de Gáldar escachado en el que «navegan» unas gráciles barquichuelas de galletas maría de Tirma, bajo un «sol» de naranja de Tirajana.