Un vecino vive atrapado en un ascensor debido a un trámite burocrático

Hoy, los vecinos del número 7 de la calle del escobillón, en Arrecife de Lanzarote, se manifestarán durante una hora a las puertas de su comunidad exigiendo un cambio en la normativa que regula el servicio de mantenimiento de los ascensores. Llevan haciéndolo así, un día al mes, desde que hace ya diez meses uno de los vecinos quedase atrapado en el interior del aparato, viviendo en él desde entonces.

Justo A.I., portavoz de los vecinos, nos explicaba cómo se había llegado a esta situación.

«Habíamos decidido prescindir de los servicios de la empresa que nos realizaba el mantenimiento al haber detectado ciertas irregularidades, así que en reunión extraordinaria se dió el visto bueno al anterior presidente para que contratase los servicios de una nueva.
Estábamos con las gestiones cuando la fatalidad quiso que el ascensor se estropease y se detuviese entre el garaje y la planta baja llevando dentro a un vecino del 5º derecha. Como corresponde, se avisó a la empresa para que desplazase un técnico pero ésta se negó argumentando que tenía un burofax por escrito en el que le comunicábamos la rescisión del contrato.
Llamamos entonces a la empresa con la que estábamos hablando para realizar el cambio, pero como aún no teníamos nada firmado nos exigieron tener el visto bueno de la Inspección de Industria, y claro, no teníamos ese documento puesto que de la inspección anterior quedaron defectos por reparar.
Necesitamos acceder al ascensor para realizar las reparaciones exigidas y así obtener el visto bueno de Industria, que nos permitiría contratar a una nueva empresa… pero precisamente ese era el problema, que no podíamos acceder al aparato. Era un círculo vicioso del que no podíamos salir».

Según ha sabido El Baifo Ilustrado, los vecinos barajaron la posibilidad de llamar a los bomberos, pero el coste del servicio tampoco era asumible por los vecinos. Incluso, se propuso que la vecina del 3º centro, jóven y soltera, iniciase una relación con alguien con conocimientos de escalada de cara a realizar un rescate con los medios propios de la comunidad, pero la cosa no fructificó. Además, en estos momentos se encuentra saliendo con un profesor de secundaria por lo que es reticente a filtrear con otros.

«La Derrama está totalmente descartada» -nos decía Justo- «No está la situación para ello, así que continuaremos haciéndole llegar comida y bebida a través de un improvisado agujero hecho en el techo de la cabina. No podemos hacerlo mas grande por temor a estropear aún más la estructura y tener que reemplazarlo por completo. Solo podemos apelar al consejero de Industria para que cambie la ley y así podamos legalizar nuestro ascensor»

Mientras eso ocurre, un hombre inocente, continúa atrapado en su ascensor por culpa de la burocracia.