Es de sobra conocido que los japoneses no ponen nunca límite a su capacidad inventiva, y menos aún cuando ésta se enfoca hacia lo bizarro. No es de extrañar, entonces, que la empresa nipona AssCare Inc., con sede en Osaka, haya comercializado una línea de elegantes rascaculos con la forma el Auditorio de Tenerife.
AssCare Inc., que se define en su página web como “una empresa dedicada a ennoblecer el ano y las nalgas”, ha elegido la emblemática imagen del skyline tinerfeño por considerar, en palabras de su presidente Takeshi Takigami, que “el pico se adapta perfectamente a la anatomía anal, y lo hemos recubierto de una tela esponjosa para que rasque pero no raspe, que es una de las máximas del difunto fundador de AssCare Inc.”.
Lo cierto es que el rascaculos del Auditorio está haciendo furor en Japón, donde es más conocido como “el edificio rascador que alivia los picores de las zonas que son sensibles como la flor del almendro cuando despunta en la primavera”, traducción literal del kanji que da nombre al artefacto. Hasta la fecha se han vendido unas 10.000 unidades.
Fuentes del Cabildo Insular y del Auditorio de Tenerife han asegurado que tomarán pronto alguna iniciativa a este respecto, si bien no existe aún consenso sobre si demandar a la empresa para que cese en su actividad, o para obligar a ceder parte de los beneficios en concepto de derechos de imagen.
Por su parte, el arquitecto responsable de la obra, Santiago Calatrava, ha emitido un escueto comunicado en el que asegura estar “más que acostumbrado a que la gente se pase mi obra por el culo”. No obstante, añadió que este uso imprevisto de su creación supondrá un sobrecoste de 15 millones de euros y facilitó un número de cuenta para el ingreso.
¿Osaka?. No se si pedir uno, a ver si la caja va a venir con el virus de «la gripe de Osaka» que invadió Springfield.