Con la llegada de la primavera y el buen tiempo –salvo en La Laguna- la población tinerfeña se apresta a recuperar la ropa ligera y las sanas costumbre pre-estivales. La primera de ellas es la realización y práctica de diversas rutas de la tapa que se distribuyen a lo largo y ancho de la geografía insular.
Por tal motivo, el chef chasnero Gerson Cifuentes ha decidido sumarse a los periplos gastronómicos con una iniciativa que pretende situar en el mapa el municipio en el que reside: Fasnia.
Ruta-gincana de la tapa
El chef Cifuentes, dueño del prestigioso gastrobar “Boniato sideral” nos explica vía telefónica los pormenores de su proyecto: “gran parte de la población canaria piensa que Fasnia no existe30. Me cuesta horrores encontrar personal para mi negocio y no digamos ya clientela. A este paso, no voy a conseguir que mi plato estrella –la esencia de cabrito con mojo esferificado sobre lecho de papa chinegua- sobrepase los límites de la frontera. Por consiguiente, he decidido que este hándicap debe servir para sacar algo en positivo y se me ha ocurrido convertir el misterio fasniero en un incentivo para los amantes de la tapa: una ruta con gincana.”
La ruta de la tapa propuesta por don Gerson hace honor a su nombre, porque se compone de una única tapa diseñada por él. Se llama “erótica esencia batatera” y ha declinado revelar más. Cuando le cuestionamos acerca de una hipotética imposibilidad de una ruta de una única tapa, nos explica un aspecto esencial de su proyecto: “la ruta no es de la tapa sino hacia la tapa. El ‘factor gincana’ se encuentra en la necesidad de encontrar el camino que permita llegar a Fasnia y más concretamente a mi restaurante.”
El proyecto del chef se presentó la semana pasada en el municipio tinerfeño. En un principio, la conocida gastrónoma Pam Bhufetta iba a prologar la presentación, invitada personalmente por el propio Cifuentes. Sin embargo, ella misma explicó a este humilde plumilla las causas de su ausencia: “mi asistente personal y yo quisimos disfrutar de un paseo automovilístico por el sur de Tenerife, pero cuando atravesamos los límites de Güímar algo pasó. Aparecimos media hora después a la altura de Arico y no recordamos nada de esos treinta minutos.”